28 dic 2011

EL MURALLÓN


Finalmente el desaparecido Murallón cambiará su destino de Parking, para convertirse en una galería comercial.

26 dic 2011

Felicitaciones































































En el colegio salesiano, para la celebración de la Navidad nos daban un periodo de vacaciones tras unos temidos exámenes y unas notas (en las que se incluían una clasificación con respecto a los demás compañeros del curso).

En la calle Mayor, en el tramo de la Botica de la Bola, empezaba a ser consciente de ese tiempo vacacional que se avecinaba al escuchar, procedente de alguna vivienda, a los niños de San Ildefonso cantando el sorteo de la lotería de Navidad . ¡Música celestial! Llegaba a casa, subía corriendo la escalera y tras los besos de saludo: !Tirada de cartera! ¡Había empezado ese tiempo de vacaciones tan deseado! ¡Era Navidad!

Ya en casa, mi hermano y yo, teníamos instalado un nacimiento con las figuras del Niño Jesús, la Virgen, San José, el buey y la mula, todos ellos colocados en un portal con gran amor. El conjunto se complementaba con los pastores alrededor de un fuego realizado con papel de celofán de color rojo, la lavandera junto al río con la ropa puesta a secar, el molinero, los soldados en las puertas del castillo del rey Herodes... y unos Reyes Magos, que por fuerzas que desconozco, se iban acercando paulatinamente al portal según la Epifanía se aproximaba. Todas las figuras estaban hechas con barro cocido, el río con papel de aluminio y con corcho y musgo la superficie del nacimiento. (¡Señores ecologistas, eran otros tiempos!).

Los belenes que instalaban en las Hermanitas y en la ermita del Castañar eran muy grandes, tenían el río con agua de verdad, pero... ¡el de casa era más bonito!

Los villancicos, diferentes dulces, turrones, el pollo, etc. estaban presentes en esos días y ... a esperar los regalos que traerían los Reyes Magos ¡en casa se tomaban una copita de anís!

Con el paso de los años casi se deja de tener la ilusión por la Navidad, pero siempre queda la familia que la revive. En ella y resaltando gastronómicamente esta festividad, Nati prepara un tostón que asa (o borda) el amigo Carlos Cela.

Que contraste de la representación de Belén con la ciudad actual. En una basílica regida por la iglesia ortodoxa se encuentra parte de la Gruta de la Natividad, en la cual, rodeada de lámparas y velas, una estrella en el suelo señala el lugar donde nació Jesús. Desde la explanada de la entrada se accede a otra parte de la Gruta, donde se ubica una iglesia católica bajo la advocación de la Virgen. En la actualidad, soldados y no precisamente de barro, patrullan en el exterior.

Por estas fechas navideñas, ciertas profesiones tenían la costumbre de entregar tarjetas con las que nos felicitaban las pascuas y aprovechaban para pedir el aguinaldo.

La creación de la tarjeta (no postal) de felicitación navideña impresa litográficamente, se le atribuye al británico Henry Cole, director del museo Victoria y Alberto de Londres, en 1843. Dicho señor, encargó a un amigo pintor, dibujos relacionados con la Navidad que mandó imprimir con la frase Alegre Navidad y Feliz Año Nuevo, eran coloreadas a mano y firmadas. Con ellas, Henry Cole no se retrasaba en felicitar a sus amistades. También las vendía en su propia librería y rápidamente se popularizaron.

En la colección de la Biblioteca Nacional, en su sección Ephemera, las primeras tarjetas de felicitación de Navidad de Oficios se remontan al año 1880, son de los serenos y vigilantes, repartidores, monaguillos, cocheros y modelos de pintores. Están ilustradas con figuras de los personajes representando el oficio correspondiente junto a los útiles de su oficio, productos típicos navideños, escenas religiosas, motivos florales, etc. con la frase “Él ( ) felicita a usted las Pascuas de Navidad”, u otra similar. En el reverso solían llevar versos realzando su trabajo que terminan pidiendo el deseado aguinaldo.

En Béjar, durante los años 1904 y 1905, Juan Manuel Hernández realiza varios dibujos con los que ilustra tarjetas postales que imprime la Vda. de Aguilar. Una de ellas es de felicitación por la Navidad y representa a la Sagrada Familia en el portal de Belén que dibuja con aguada de tinta china negra.

Estas felicitaciones se remontan al año 1920. Son las empleadas por los serenos, barrenderos, barberos y los reclusos de la cárcel; desconozco si estas últimas también eran entregadas por ellos en los domicilios. Apuntado en el reverso de cada una de ellas está la cantidad que dieron como aguinaldo, oscila entre cincuenta céntimos y una peseta. ¡Buen aguinaldo para la época!

Relacionado con los reclusos de la cárcel, en la sesión celebrada el 20 de diciembre del año 1923 en el Consistorio bejarano se aprueba un acuerdo que publica la prensa quincenal “Béjar en Madrid” el día 1º de enero, “a instancias del señor Bernabé Sánchez, el Ayuntamiento acordó por unanimidad que, costeada de los fondos municipales, sea servida una cena extraordinaria a los reclusos de la prisión preventiva de este partido el día de Nochebuena, atendiendo al escaso número de ellos que en la actualidad existen en la citada prisión”. Era costumbre que a los presos en la cárcel de Béjar se les ofreciera una cena extraordinaria en Nochebuena.

24 dic 2011

VISITA SR. OBISPO.


En la imagen observamos a Don Carlos junto con el obispo Zarranz y Pueyo.

23 dic 2011

PUBLICIDAD

Anuncios publicitarios de diferentes empresas. El anuncio inferior, es del fotógrafo Bienvenido Castro en su etapa de maderero,despues de colgar la cámara fotográfica.

20 dic 2011

CARAMELOS CELA




Establecimiento de la familia Cela, muy querido por los que peinamos canas pues en él vendían unos caramelos y dulces muy ricos. Se ubicaba en la Plaza de Don Nicomedes Martín Mateos.

Se recordó a Don Nicomedes Martín Mateos en el Día Internacional de la Filosofía. Se realizó una ofrenda floral en su tumba y una conferencia en el Casino Obrero por el catedrático de la Universidad de Salamanca don José María Hernández con el título Nicomedes Martín Mateos, filósofo de los huertos e icono educativo de la Ciudad de Béjar. Otro éxito de la nueva dirección del ateneo bejarano.

18 dic 2011

CARRETERAS BEJARANAS (2/2)




PAVIMENTACIÓN ASFÁLTICA DE NUESTRAS CARRETERAS

En Europa, el empleo de ligantes asfálticos se remonta a 1830. Además de mejorar la superficie de rodadura se consigue la desaparición del problema del polvo en las carreteras.

Se considera que la primera vez que se utiliza el asfalto en España, en las vías urbanas, es en la pavimentación de zonas peatonales en la Plaza de la Puerta del Sol de Madrid, entre 1847 y 1854, siendo el resultado insatisfactorio.

En 1864, en Madrid, surgen quejas por el estado en el que se encuentra la céntrica calle de Sevilla, donde el agua es la causa de que se produzcan muchos baches, no obstante el circular por la cercana Carrera de San Jerónimo, que ya se encuentra asfaltada, produce recelo a los cocheros por si resbalan; se asevera que es conocido por todos que el asfalto no puede emplearse sino en las aceras y eso en determinadas calles.

Las carreteras españolas, al inicio del siglo XX, no se encuentran adecuadas para el emergente medio de transporte: el automóvil.

El asfalto se empieza a emplear en las carreteras españolas en 1904, en la pavimentación del acceso de un balneario en la provincia de Lugo. Con el asfaltado - riego de betún caliente sobre el que se extiende una capa de árido - se consigue una mayor consistencia del firme y una omisión del polvo provocado por el paso de los incipientes automóviles; pero su reblandecimiento producido por el calor del sol provoca serios problemas, pues mancha los vuelos de las largas faldas de las señoras que por ella pasean.

En 1925, terminada la etapa del Directorio Militar de la dictadura de Primo de Rivera, se incorporan a su gobierno varios civiles. Nombra como ministro de Fomento a don Rafael Benjumea, conde de Guadalhorce, el cual pone en marcha el Circuito Nacional de Firmes Especiales; los firmes ordinarios se consideran a los de macadam, recubiertos o no por riego asfáltico. En el preámbulo del decreto ley que le legaliza, se dice:

“El alto interés de fomentar el turismo, enalteciendo las bellezas naturales y la riqueza artística de España, proporcionando para ello los medios fáciles y gratos de simultanear la seguridad de la circulación ante una esmerada conservación de las carreteras, con la grata impresión que supone abandonar la lucha secular con los baches y con el polvo”.
























Fragmento del mapa de España en donde se representa el Circuito Nacional de Firmes Especiales. Segundo mapa realizado en 1929.



Como las Diputaciones y Ayuntamientos se verían beneficiados con el aumento del turismo, están obligados a contribuir económicamente en las mejoras de sus carreteras.

Para apoyar el Circuito Nacional de Firmes Especiales se aprueba un presupuesto extraordinario de seiscientos millones de pesetas. Para su desarrollo se realiza un trazado de actuaciones con catorce itinerarios. Por Salamanca transcurre un tramo del itinerario IV, de la capital con dirección a Zamora y a Ávila, el I-IV a Valladolid y el VI a Portugal. La mayoría de los itinerarios se pavimentan con betún caliente, también se actúa regando el macadam con asfalto o mezclándolo con hormigón asfáltico. En el Plan, además de asfaltar, se ocupa de eliminar baches, suprimir pasos a nivel y mejorar los trazados. El objetivo es establecer una red principal con unas condiciones de trazado, de sección y de pavimentación, que permita una velocidad media de 65 Km. /h.

En Béjar, en una sesión municipal celebrada en 1929, se da cuenta de la instancia de don Basilio Salas, respaldada por ciento veintiún vecinos, solicitando que el Ayuntamiento dirija una petición a la Jefatura de Obras Públicas de Salamanca para que se alquitrane el tramo de la carretera comprendido entre el Puente Nuevo y la estación del ferrocarril. Se decidirá por el adoquinado.

El alcalde de Béjar, don Francisco Gómez-Rodulfo, en abril de 1930, visita en Salamanca al ingeniero jefe de Obras Públicas, don Bienvenido Oliver, quien le informa de la subasta del alquitranado de doce a quince kilómetros de la carretera Salamanca-Cáceres, a partir del límite provincial de Cáceres hacia Béjar. En enero de 1931 se aprueba un presupuesto de cincuenta mil pesetas para la mejora del trazado y el alquitranado. Para aminorar la crisis económica existente en Béjar, se exige desde el Ayuntamiento que los obreros que trabajen en ella pertenezcan a la comarca.

También, en 1930, se echa alquitrán en la carretera a El Castañar, la obra es subvencionada por Diputación Provincial. En septiembre de 1931 se termina de alquitranar con la aportación económica de la mayoría de los bejaranos que colaboran con la cantidad de 12,50 pesetas cada uno.

Con la dimisión del general Primo de Rivera, en 1930, concluye la labor del Conde de Guadalhorce. Durante el desarrollo del Circuito Nacional de Firmes Especiales se construyen siete mil kilómetros de carreteras y se mejoran seis mil seiscientos, cifras muy significativas teniendo en cuenta las dificultades económicas y políticas de España. Estos avances en las carreteras se consideran importantes en ámbitos internacionales.

Con el referido Circuito Nacional, en 1930, se optimiza la carretera trasversal en el Puerto de Vallejera, en su cara Norte. La carretera se prolonga desde el puerto hasta la actual Fuente del Cántaro en donde retoma su trazado, resultando menos sinuosa y de pendiente más suave. Se había construido en zigzag en 1846.

En Béjar, en julio de 1935, se emplea un nuevo sistema de asfaltado: las emulsiones asfálticas. El pavimento se riega con una emulsión asfáltica - mezcla de betún y agua y otros productos en menor proporción -, y sobre él se extiende una capa de árido; en algún tramo de la obra se puede duplicar el proceso. La emulsión se aplica en frío, con anterioridad se extendía betún en caliente. El Ayuntamiento contrata a la empresa de don Elpidio Sánchez Marcos, que elabora la emulsión en su fábrica recién inaugurada en Salamanca; es la primera del señor Sánchez Marcos y la tercera instalación de este tipo en España. Se asfalta la Avenida de la República, la plaza de La Corredera y las calles de Zúñiga Rodríguez y Colón. El importe es de 1,10 pesetas metro cuadrado.

A finales de 1935, Obras Públicas contrata las obras de riego asfáltico en los kilómetros 37 al 47 por 77.815 pesetas, del 60 al 65 por 60.528,68 y del 70 y 71 por 41.390, pertenecientes a la carretera Salamanca- Cáceres y los cuatro kilómetros de la carretera Béjar-Candelario.













Hoja de control de la contrata de una opbra de firme especial de la Jefatura de Obras Públicas de Salamanca con la empresa de don Elpidio Sánchez-Marcos. Año 1935. Las carreteras españolas y sus paviemntos en el siglo XX. Grupo ESM. Madrid 1995.



En España se empieza a pavimentar con aglomerado asfáltico en caliente en la década de 1940. Al finalizar la de 1950, el porcentaje de carreteras estatales pavimentadas con este tipo de aglomerado asfáltico no alcanza el 0,6%, llegando al 2,5% en 1962.

En 1964 se inician diferentes planes de desarrollo cuya duración se establece en periodos de cuatro años. El I Plan de Desarrollo para el cuatrienio 1964-1967. En el II Plan de Desarrollo, 1968-1971, se recogen nuevos planes de carreteras, como el Plan REDIA (Red de Itinerarios Asfálticos) con diversas actuaciones: Redes Arteriales, Transformación de Firmes de Macadam, Conservación y Explotación, Enlaces Preferentes... En el III Plan de Desarrollo, 1972-1975, no se consigue un aumento considerable en la red de carreteras.

En el Plan REDIA, se incluye la pavimentación asfáltica de la carretera de primer orden de Valladolid-Zamora-Salamanca-Cáceres-Sevilla.

En 1973 se aprueba el proyecto de pavimentación de la carretera de Candelario a la Plataforma, por un importe de 7.430.716 pesetas, al año siguiente se inicia por los dos últimos kilómetros. En agosto de 1975, la Diputación asfalta la carretera en su totalidad.

En la II Asamblea Provincial de Turismo, celebrada en Salamanca en 1975, el delegado provincial de Obras Públicas, en su ponencia referente a las infraestructuras y comunicaciones turísticas, indica que la provincia de Salamanca es de las pocas, quizás dos o tres, en toda España, que no tienen ni un solo kilómetro de su red con firme moderno - autopistas - [...] se circula en su longitud total con cargas y velocidades de hoy por firmes calculados construidos antes de 1936.

La carretera de Circunvalación de Béjar se arregla y pavimenta con asfalto en caliente durante el bienio 1975-76.

La carretea N-630, como consecuencia del deterioro del pavimento por la importante circulación que soporta, en 1977, la Diputación de Salamanca aprueba un presupuesto de ciento veinte millones de pesetas para reforzar el firme del tramo correspondiente a esta provincia. En el del Puente Nuevo a la estación, se retiran los adoquines, se extiende una capa de cemento y se pavimenta con asfalto. Al haber estado asfaltada encima del adoquinado, los baches se reproducían como los hongos.

En 1985 se aprueba un presupuesto de 219 millones de pesetas para la mejora y reforma del firme entre Guijuelo y Béjar y de 152,5 millones para el tramo de Béjar al límite de provincia de Cáceres. Se excluye el tramo que transcurre por Béjar, el del Puente Nuevo a la estación del ferrocarril.

La carretera Navacarros-Candelario se asfalta en 1984.

En 1988 se asfaltan las carreteras de Béjar al El Castañar por un importe de veinte millones de pesetas y la de Salamanca-Cáceres con la Béjar-Ciudad Rodrigo, actual calle Recreo, se continúa con el extendido por la calle Sierra de Francia.

Al año siguiente se asfalta la carretera de Salamanca-Cáceres a El Barco de Ávila, el tramo perteneciente a la provincia de Salamanca.

Hace un siglo y medio que don Pascual Madoz nos relataba las pésimas condiciones que se encontraban nuestras carreteras y la necesidad de mejorarlas para facilitar el paso entre Extremadura y Castilla. Lentamente, acaso muy lentamente, aquellas carreteras se han ido mejorando. Tan solo hace unos cuarenta años que se acondicionan con las nuevas técnicas aunque en ocasiones pensemos que es más el tiempo transcurrido.



MERCADERES QUE SE DESPLAZAN POR NUESTRAS CARRETERAS

Una cédula del rey Fernando IV de Castilla, fechada en 1299, nos ilustra de las prácticas que tenían algunos de los mercaderes que acudían a la feria de Alba de Tormes:

Al conceio de Ávila e de Béjar, de Arévalo e de Medina e de los otros concejos de Estremadura que esta nuestra carta vieren salud e gracia. El Conceio de Alba de Tormes se nos enbió querellar e dize que los mas de vuestros vecinos quando van a su feria que van armados con lorigas, e de perpuntes, e de lanças, e de porras, e de capiellos de ferro, e por aquí buelven muchas vegadas las feria, porque se levantan hi peleas, e robos e muertes de ombres. Et bien sabedes uso que las ferias non fueron fechas pora lides, nin para robos, nin pora otros males nin muertes algunas, mas pora mercadurías e pora comprar e pora vender. E pediendo nos por merced que mandásemos hi aquello que touiessemos por bien, de guissa que su feria fuesse segura e que no se perdiesse. Onde vos mandamos a todos aquellos que quisierdes hir a la feria que vayades en paz e que non levedes hi se non armas guisadas poral camino, et los cavalleros levat espadas e cuchiellos-puñales et los otros ombres sus cuchiellos-puñales et non más , salvo ende que los menestrales e los mercaderes que puedan levar tales armas pora vender, e esto que lo juren ante que entren en Alba en manos de ombres buenos quales pusiere el conceio de Alba que las quieren pora vender, e otrossi juren que non las darán nin las emprestarán a ninguno de la feria poras bolver pelea. Et si algunos estas armas que aquí defendemos hi levaren nin en la feria se metieren, a menos de jurar como es sobre dicho, tomenlles los alcaldes e el conceio de Alba las armas sin colonia, et tomen pora cada uno dellos fiador se lo pudier aver, e si non recabdengelo, Item mandamos e defendemos al conceio de Alba que a quien quier que venga a la feria que nol fagan mal nin tuerto alguno se non fuere ladrón o ombre malo; se nom a ellos e a quanto ouieren nos tornaramos por ello. Dada en Sevilla, primero día de mayo, Era de MCCXCIX annos.

Los mercaderes de Béjar están muy relacionados con la industria textil, muchos de ellos se desplazan a Madrid para poder vender los tejidos bejaranos. Durante el periodo comprendido entre 1720 y los primeros años de la década de 1740, los géneros también se venden en una lonja situada en la calle del Carmen; para que puedan pasar sin problemas por la aduana de la Villa, tienen que abonar el ocho por ciento del valor de los géneros al gremio de mercaderes textiles de Madrid.

En la prensa de Madrid se pueden encontrar anuncios de los mercaderes que proceden de Béjar.

Don Miguel Bejarano, en 1790, llega con sábanas e hilos de Béjar para hacer calcetas y coser, se aloja en la Posada de San Juan, en la calle de la Cava Baja.

Al año siguiente, otro mercader vende seis libreas con vueltas, casaca, chupa y calzones de grana de Béjar, telas casi nuevas y las da con equidad; en la calle de Atocha, número 13. La vara de paño de Béjar se vende entre 35 y 40 reales de vellón.

En el Mesón del Peine, en la calle de las Postas, en 1802, se aloja un choricero con hilo de Béjar para calcetas y sábanas, todo de buena calidad y duración que vende con mucha probidad.

En la tienda de don Fernando Brieba, sita en la calle Imperial, núm. 5, en 1836, llega la tercera remesa de paños de Béjar y por tener que regresar a sus casas los fabricantes, se arreglan a precios equitativos.

A Béjar se desplazan los mercaderes sobre todo los días de mercado y de feria.

La Cabaña Real de Carreteros19 se encarga del suministro de la población. En 1836 tienen problemas con el cobro de su trabajo y dejan el alfolí de la villa con falta de sal.

En la Crónica General de España, publicada en 1869, dice:

Béjar tiene 5.560 habitantes. Las fábricas de paños que en ella existen son famosas, y lo fueron mucho más en los tiempos en que el esplendor de la capital, irradiando a toda su provincia, traía a ella gran concurrencia de mercaderes que estraían este y otros artículos, haciéndolos circular por toda la Península y hasta en el extranjero.

En esta época el trigo se vende a 46 reales la fanega, la cebada a 33, el centeno a 32 y los garbanzos a 70; la lana de primera a 104 reales la arroba y el vino a 16 el cántaro.

En 1879, el precio del pan sube dos cuartos cada tres libras de peso y se espera que se encarezca pues se empieza a cobrar los impuestos de portazgos20 en los cinco establecidos en la carretera inconclusa de Béjar a Salamanca, lo cual es causa de que los transportes se hagan más costosos y difíciles de lo que eran por los caminos de herradura. El señor Miranda Bueno presenta en el Congreso una exposición de la Sociedad Económica de Amigos del País de Béjar, pidiendo la supresión de los portazgos y montazgos.

Al año siguiente, en el portazgo de Guijuelo ocurre un enfrentamiento a navajazos entre los dueños y empleados y algunos arrieros que se internan por una vereda para no pagar los derechos. Resultan varios heridos, algunos de gravedad, entre los que se encuentra el rematante del portazgo.














Comerciantes en Béjar. Cruce de la actual calle de Víctor Gorzo con la Bajada de San Albín. Finales del XIX. Cromolitografía. Colección JAM-BÉJAR.

La abolición de los portazgo se produce en 1869, se vuelve a instaurar en 1877 y se suprimen definitivamente por Ley de 31 de diciembre de 1881.

Por aquellos caminos térreos, superando los muchos obstáculos que se encuentran, se desplazan los mercaderes a otras localidades a donde poder vender sus mercancías. Los miles de arrieros, galeros o carreteros llegan a ser cimiento del desarrollo del mercado interior.


TRANSPORTES DE PASAJEROS POR NUESTROS CAMINOS

Hasta el siglo XIX poco se conoce de la comunicación por carretera del tráfico de personas, mercancías y noticias, de los medios de transporte y de las posadas y postas que se encuentran a lo largo de los desplazamientos.

Don Pascual Madoz estima que en España, a mediados del s. XIX, se desplazan ciento catorce mil personas.

Hasta bien avanzado el siglo, los sinuosos caminos dificultan los viajes a otras poblaciones haciendo que muchas personas no conozcan otros pueblos más que en el que nacieron. El realizar un viaje es ardua y costosa empresa y en algunas ocasiones resulta insegura.

Las comunicaciones más usuales desde Béjar es con su comarca y con las capitales de Madrid, Salamanca y Ávila.

En Madrid, a primeros del siglo XIX, los arrieros, carruajeros y caleseros de Béjar suelen parar en la Posada del Dragón, situada en la calle de la Cava Baja.

Detalles del viaje de Madrid a Béjar, a primeros del s. XIX, los encontramos en un comprobante de pago en el que reza:

† J. M. J. 12 mayo de 1810. Muy señor mío: Con la primera diligencia a Béjar y bien acondicionado mi criado José Díaz. Enjutos y bien acondicionados, marcados con la del margen, recibidos que Vmd. los haya bien tratados y acondicionados como aquí se le han entregado, y sin descabezar, dentro de 15 días, mandará Vmd. pagar por su porte 500 reales y no lo haciendo así solo la mitad: Christo con todos: A Béjar de Madrid. Guarde Dios muchos años. Abono 200 reales de más para que mi criado José Díaz sea tratado con tres comidas de sopa y guisado y dormir sobre buen saco de paja. El equipaje se compone de tres fardos grandes, dos baúles y cinco bultos.














Comprobante de pago para viajar de Madrid a Béjar, año 1810. Original. Colección JAM-BÉJAR



En 1846, para conseguir un asiento para el carro de Madrid a Béjar hay que ir a la calle del Horno de la Mata, núm. 14, al establecimiento del maestro vidriero don Felipe Torremocha. El coche sale cada diez días desde Madrid, tiene diez asientos al precio de doscientos reales. Se tarda tres días en realizar el trayecto, descansando durante toda la noche las dos que transcurren durante el trayecto.

En este mismo año se crea otra empresa que realiza el servicio de Madrid a Béjar en galeras, parten de la calle de San Bruno, núm. 2; el asiento cuesta siete duros y el transporte de mercancías a cinco reales la arroba. Al año siguiente, la empresa de la calle del Horno de la Mata, para poder ser competitiva, rebaja veinte reales el importe del viaje, dejándolo en ciento ochenta reales e incrementa el precio de la arroba transportada a dieciséis reales la arroba.

Muchas de las empresas de transporte de pasajeros tienen como destino la población de Baños de Montemayor, - conocida también como Baños de Béjar -, donde poder tomar baños en sus famosas aguas medicinales21. En Béjar se dispone de caballerías para poder llegar al balneario, a diez reales por cada una de ellas.

En 1847 se ajustician en Béjar a siete personas de la comarca, condenadas por la audiencia de Valladolid por asesinar a uno de los criados de un batán y cometer un robo en el mismo. En Béjar nunca había ocurrido un suceso tan notable de haber impuesto la última pena a la vez a tan elevado número de delincuentes. El monarca, don Fernando VI, da orden de suspender la ejecución a dos de ellos, pero cuando llega la posta desde Madrid con la orden de indulto ya estaba cumplida la condena. Por la tardanza en la llegada de la posta no pueden alcanzar la gracia concedida22.

Al finalizar el año, el servicio entre Béjar y Madrid se empieza a prestar semanal. El nuevo servicio parte de Madrid los domingos a las cuatro de la mañana y de Béjar para Madrid los miércoles, también a la misma hora. En Béjar se adquieren los billetes en la llamada Casa de la Corredera.

En 1848, en la tienda de paños de la calle de Toledo, número 22, dan razón de dos carros de mulas que salen para Béjar, conducen arrobas y pasajeros a precios arreglados.

Durante 1850, sale un ómnibus para Béjar cada diez días, parte de la cochera de Escalera, sita en la calle de la Ballesta, número 8.

A partir de 1852, la Compañía de Diligencias de Postas Generales realiza, desde Madrid, un servicio alternativo a los baños de Ledesma y de Béjar, pasando por Ávila, Peñaranda y Salamanca; de sus precios y demás pormenores informan en Madrid en su despacho de la calle de Alcalá, núm. 15.

Al año siguiente se inicia un servicio de diligencias de Salamanca a Béjar y viceversa, por Alba de Tormes. Se realiza dos veces por semana a precios muy equitativos, siendo el servicio tan esmerado como las circunstancias lo permitan; se despachan los billetes en el Parador del Rincón, en Salamanca, y en Béjar en la casa de don Ángel García, en la Plaza de la Corredera.

Durante el 1858, un coche parte de Madrid a Béjar del que se da razón en la salchichería de la calle Atocha, 2 o en la cochera de la calle de Huertas, 70. Un ómnibus sale a los quince días de la cochera de la calle del Baño, 26 y otro desde el almacén de curtidos del señor Harguindey, en la calle de Atocha, 67.

Desde 1859, suele partir un coche de Madrid con dirección a Béjar, de la calle de San Agustín, número 2. También, por esa época, se crea otro servicio de galeras que disponen de doce asientos y tiene su salida de la Posada del Dragón, en la calle de la Cava Baja; en dicho establecimiento se encuentra el encargado de dicha mensajería y mozo de paja y cebada.

En este año, La Salmantina, empresa de Quintano, Hijo y Compañía, inicia un servicio ordinario entre Salamanca y Béjar que realiza con galeras; además de cargamento, admite asientos y dan razón del precio en la calle de La Salina.

En 1860, sale una diligencia desde Madrid para Béjar que admite asientos, parte de la calle de Segovia, 40.

Al año siguiente, la diligencia de don Francisco Ferro realiza el mismo servicio, parte de la posada de la calle de la Aduana, núm. 15.

En 1862 sale otro coche desde Madrid con dirección a Béjar, las personas que deseen asientos pueden pasar por la salchichería del señor Rico Pena, en la calle de Toledo, 4.

Los servicios de diligencias empiezan a adaptarse a las prestaciones que ofrecen las nuevas líneas del ferrocarril. La empresa La Independiente establece, en 1865, un servicio alternativo de diligencias que parten desde Madrid y de Béjar, verificando sus salidas en el tren correo hasta la estación de Ávila. De los precios y demás pormenores informan en su administración, en la calle de Alcalá, núm. 13, antiguo Parador del Rincón.

Al año siguiente, las diligencias de don Manuel Sotillo tienen correspondencia con los ferrocarriles. Los nuevos servicios combinados con los trenes correos, se realiza con coches modernos y con personal inteligente, a fin de que los viajeros no tengan que cuidarse de sus equipajes hasta el término del viaje. Se despachan asientos directos en la administración ubicada en la Fonda de Peninsulares, calle de Alcalá, 7.

En Madrid, los más antiguos y acreditados ordinarios recogen toda clase de mercancías con destino a Béjar, en el Parador de los Ángeles, en la calle de la Cava Alta; da razón el mozo encargado, don Blas López.

La empresa L. Ramírez, en 1873, inicia un servicio de transportes de Madrid a Béjar, parte de la calle de Alcalá, 12.

En Salamanca, en 1876, la Fonda de la Rosa se traslada a la Plaza Mayor. Todo huésped que desee honrar este establecimiento con su asistencia, encontrará grandes mejoras en pupilaje, local y asistencia. De la misma salen diligencias para Béjar.

A los tres años comienza un servicio de coches-correo desde Salamanca a Vitigudino, Fregeneda, Ciudad Rodrigo y Béjar, con combinación con el ferrocarril, cobra a dos reales legua y recorre el trayecto en doce horas, la administración se encuentra en Madrid, en la calle de Alcalá, núm. 13.

En el año 1886, una década antes de la llegada del ferrocarril a Béjar, la manera más rápida de realizar el trayecto de Madrid a Béjar23 es viajar a Salamanca o a Ávila en el ferrocarril del Norte. A Salamanca se tarda doce horas, incluida una hora de espera en Medina del Campo para cambiar de tren, cuesta 32, 24 ó 14 pesetas dependiendo de la clase en la que se viaje. Diariamente desde cada una de estas dos capitales parte la diligencia que se desplaza a Béjar, cuesta 11,50 pesetas desde Salamanca y 13,75 desde Ávila.

El señor obispo de Ávila, en 1889, de regreso de una visita pastoral de la villa de Piedrahita, tiene que viajar las once leguas de distancia desde esta población hasta Ávila en el pescante del coche-correo por no haber asientos desocupados en el interior. Sucede muchas veces que los viajeros de Barco, Piedrahita y de otros puntos del recorrido hacia Ávila no encuentren asientos, pues el coche se ocupa en Béjar.

La empresa La Ferrocarrilana Salmantina, en 1889, realiza un servicio de coches correos de Béjar a Salamanca y viceversa. El coche que sale a las 6 de la mañana cuesta 10 reales y 20 reales el que parte a las 7.

Don Ángel Rodríguez Merino, bejarano de adopción, conocido por el sobrenombre de El Cochero, pues fue segundo cochero de la Casa Real, tiene la concesión de la línea Béjar-Plasencia hasta que ambas ciudades se unieron por el ferrocarril. El servicio lo realiza con dos troncos que cambia en la Venta de la Esperanza, en Villar de Plasencia; tarda tres horas en recorrer la distancia. La diligencia parte de Béjar a las siete de la mañana. Los viajeros tienen derecho al desayuno, pues está incluido en el precio del billete. Al dejar la concesión de la línea se asocia con el señor Chicote y realizan el servicio Béjar-Barco de Ávila, cambian el tronco en Palacios de Becedas y cubren el recorrido en hora y media.

En julio de este mismo año se inicia un servicio de coche, diario, de Béjar a Baños de Montemayor. En Béjar se adquieren los billetes en el despacho central de los Ferrocarriles de Madrid a Cáceres y Portugal.

En el periódico La Locomotora, en agosto de 1889, hace referencia a las fatigas que se pasan por los caminos:

Un hecho digno de aplausos. El mayoral del coche correo, Baltasar del Rey, se encontró con el coche de La Competencia sin poder subir el Puerto de Vallejera, no porque el ganado fuera malo sino porque le faltaba costumbre y era el primer día; pues bien, el noble Baltasar bajó de su coche y no descansó hasta que colocó al de La Competencia en condiciones de continuar el viaje, mereciendo el unánime aplauso de todos los viajeros. Agregamos el nuestro.

El coche llamado de La Competencia, es propiedad del acreditado constructor don Vicente Bomati y el mayoral, apodado el mayoral señorito, es una persona decente y digna que se despeja de lo general de la clase, no pronuncia frases que hieran los oídos de los viajeros y trata a estos con las mayores consideraciones granjeándose el general aprecio.

Para constituir una línea de automóviles que realice el trayecto a Ávila a Béjar, en 1907, se forma una comisión que se encarga de gestionar la fundación de una sociedad anónima. La sociedad constituida debe aportar un capital mínimo de 350.000 pesetas.

En 1908 se crea la Sociedad de Automóviles de Ávila a Béjar, con oficina en la calle del Carmen, núm. 15, de Madrid. Realizará el servicio de viajeros y mercancías entre Ávila y Béjar, pasando por Piedrahita y Barco de Ávila. Empleará automóviles alemanes S. A. G. de Gaggenau, que representa en España el ilustrado ingeniero don Enrique Traumann. Para el servicio discrecional dispone de tres ómnibus de cuarenta caballos que tienen capacidad para dieciocho viajeros de primera y segunda clase, con calefacción, luz eléctrica y todos los adelantos y confort modernos; además tiene otro automóvil de catorce caballos que utilizará como coche de apoyo del servicio. En la inauguración de la nueva línea se bendicen los automóviles y en ellos se realiza una excursión a Villacastín. La Sociedad instala un cable conductor en los postes del Estado que emplea para la comunicación con los coches por medio de una estación portátil que lleva cada uno, por su utilización debe abonar cinco pesetas anuales por cada kilómetro de cable.

La prensa bejarana, en julio de 1908, se lamenta de que a Béjar no llegan los automóviles de la nueva línea:

Ya ha empezado a funcionar el anunciado servicio de automóviles para viajeros y mercancías entre Ávila, Piedrahita y el Barco. Los de viajeros pueden llevar hasta veinte asientos y los de mercancías conducir hasta 5.000 kilos. El primero de estos que llegó al Barco trajo 400 arrobas y salió del mismo punto, hacia Ávila, también con una grande carga. No sabemos cuándo llegarán hasta Béjar.

En noviembre de ese año, al no estar comunicado Béjar con El Barco de Ávila por la nueva línea de automóviles, se inicia un servicio de coches y carros entre la estación del ferrocarril de Béjar y dicha población. Parten de Béjar a las ocho y media, hora a la que han llegado los trenes 102 y 111, de Madrid y Salamanca respectivamente, y de El Barco de Ávila sale a las tres, que es cuando llega el automóvil de Ávila. Los coches hacen escala en el Parador de San Miguel, donde la empresa tiene establecida la administración a cargo del dueño, don Martín Ramos. El importe para viajar de Béjar a Navacarros, en segunda, es de 0,35 pesetas; a La Hoya, 0,60; a San Bartolomé y Becedas, 1,00; al Losar, 1,70 y a El Barco de Ávila, 2,00 pesetas y en primera 3,00.

En el año 1912, un viajero aventurero relata en la prensa:

“He pasado unos días en la sierra de Gredos; es la excursión alpina más hermosa que en estas mesetas centrales de Castilla puede hacerse. Y también mi viaje a la sierra tuvo que contar.

Fui de Béjar al Barco de Ávila en el coche correo, una diligencia que más españolamente equipada no la contaron los primeros años del pasado siglo.

Era un coche como de doce asientos en la caja, y del que hicieron, por arte de ferias, sitio y acomodo, entre interior y baca, para diecinueve personas, que formábamos un conjunto muy español; éramos los viajeros: Un párroco rural, dos guardias civiles, una cuadrilla de novilleros, la familia de un pañero bejarano, unos repatriados de la Argentina, con menos pesos que humos, pero con el indispensable chupete del mate para darse tono; unos viajantes, dos chalanes y un servidor de ustedes haciendo de turista con mi perrita polar y mi salakof.

Me parece que más artísticamente montada, ni Zuloaga inventa una diligencia para los lienzos de su pintada España.

El camino de Béjar al Barco, hecho en la baca de aquel coche, es muy pintoresco; pero sus cuestas y revueltas en el puerto de La Hoya son muy a propósito también para entrenar a uno en las fuertes impresiones del sport alpino de Gredos.

Con todo, aquel día no volcamos gracias al buen mayoral [...] y al buen Dios que vela en España por los que tenemos que viajar...”

Don Lucas González Martín, en junio de 1917, pensando en las condiciones de veraneo que reúne Béjar, inaugura un restaurante en El Castañar, donde se sirve comida francesa y española. Además de dicho negocio, alquila automóviles para excursiones de recreo.

En abril de 1921 se inaugura el servicio entre Béjar y El Barco de Ávila, en el recorrido se tarda poco más de una hora. Y en noviembre del mismo año, inicia el servicio a Piedrahita con un nuevo y magnífico automóvil marca Mercedes, con capacidad para veinticuatro pasajeros, enlaza con el que procede de Ávila y este a su vez, con el ferrocarril que pasa por esta capital con dirección Madrid.

En julio de 1922 se establece un servicio de automóviles de viajeros entre Béjar y Salamanca. El automóvil puede transportar treinta viajeros; ocho asientos en berlina y el resto de segunda clase. Se tarda tres horas en realizar el viaje. Los billetes se despachan en el Parador de San Miguel.

Don José Rodríguez Corredera y don Aniano Alisente, en 1922, fundan en Béjar un servicio de alquiler de automóviles.













Tarifa de precios de automóviles de alquiler en Béjar. Año 1922.


En el verano de 1928 se inaugura un servicio de autobuses desde Salamanca a El Castañar, que funciona los domingos y festivos durante la temporada de verano; el precio es de ocho pesetas. Tarda dos horas en realizar el recorrido.
















Los transportes de pasajeros por nuestros caminos van mejorando...


ACCIDENTES CON CARRUAJES EN NUESTROS CAMINOS


En 1879, la diligencia que hace el servicio Béjar-Ávila vuelca cerca de Ávila, causando heridas a dos pasajeros y muerto uno de los caballos del tiro. Los pasajeros atribuyen el siniestro a no encontrarse en su puesto el mayoral, yendo el conche confiado al zagal.

En el mismo año, la diligencia de Plasencia a Béjar sufre un vuelco. Resultan heridos ocho viajeros, entre ellos el regente de la audiencia de Palma de Mallorca que iba a tomar posesión de su destino.

La diligencia de Baños de Montemayor a Béjar vuelca en 1884, saliendo los dieciséis pasajeros heridos.

En diciembre del mismo año vuelca el coche de la línea Béjar-Plasencia, quedando siete viajeros con heridas.

En 1889 se estrena un coche para el servicio de la línea Ávila-Béjar. En el puerto de Vallejera tiene un tropiezo y el rápido movimiento despide a los viajeros de los asientos altos, entre los cuales se encuentra el maestro constructor del carruaje, don Eugenio González, que quería ver por si mismo las cualidades del nuevo coche. El señor González, persona muy corpulenta pues pesa de nueve a diez arrobas, sufre heridas de mucha gravedad; también resulta herido el mayoral, un ayudante de los ingenieros que trabaja en el proyecto del ferrocarril económico Ávila-Béjar, el estanquero de Villanueva y un vecino de Candelario. Tras el accidente se cuestiona si el coche tiene condiciones para el traslado de treinta y cuatro personas que en él viajaban. Al restablecerse el servicio, rebajan los precios a la mitad, tanto para el transporte de viajeros como para el del correo. A partir del accidente, las autoridades comienzan a controlar los coches y los caballos de tiro para que reúnan las condiciones necesarias.

El coche-correo que realiza el servicio entre Salamanca y Béjar vuelca en dos ocasiones en 1891, en las que resultan varias personas heridas.

En 1899, al coche que llega a Béjar procedente de Ávila, se le espantan los caballos antes de llegar al puerto de Vallejera.

Desbocados vienen largo trecho cuesta abajo sin que el mayoral pudiera contenerlos hasta que choca con un carro lleno de trigo, no sin que el coche, carro y mercancía sufran desperfectos. Ni el mayoral, ni don Luis Téllez Usallán, que viene en el coche, y se arrojan de él oportunamente, sufren heridas. Arreglado el coche, provisionalmente, monta sólo en él el mayoral y puesto en movimiento de nuevo se desboca otra vez el tiro, sale del eje una rueda y arrastrando de una parte y rodando de la otra llega hasta embarrancar junto al ventorro del Palomar, sin que tampoco esta vez tenga el mayoral novedad alguna.

El coche-correo, en 1914, bajando a la estación del ferrocarril completamente lleno de viajeros, al llegar al ventorro conocido por el de La Úrsula, se espanta uno de los caballos arrastrando a los demás. Resulta herido el cartero don Quintín Garrido, que al arrojarse al suelo desde el pescante, una rueda le pasó por encima de su mano.

Los accidentes suelen producirse en el tramo de carretera del puente sobre el Río Frío en Palomares, del puente del Ventorro de Fresnodoso, en el paso inferior de la línea del ferrocarril en la estación, del Puente Nuevo… Desgraciadamente los accidentes en las carreteras siguen ocurriendo.






NOTAS

19 - La Cabaña Real de Carreteros está fundada por los Reyes Católicos y supuso un fuerte impulso para agilizar el comercio. En 1836, se suspenden los privilegios a los carreteros de la Cabaña Real y como consecuencia se reduce el transporte; esta situación provoca la escasez de suministros a las poblaciones. Entre los productos que traen a Béjar se encuentra la sal, que suelen transportar desde las salinas de Portugal.

20 - En el año 1868 existían en España ochocientos ochenta y siete portazgos.

21 - En 1628 se realizan las Ordenanzas que rigen el balneario. En 1833 pasa a ser posesión de la Junta Protectora y desde 1920 hasta 1995 se encuentra arrendado a don Alejandro Leroux. En 1995 se construye un nuevo edificio para albergar las instalaciones, resultando ser uno de los más modernos de Europa.

En el Tratado de materia farmacéutica, de 1848, con referencia a las aguas de Béjar y Montemayor, comenta: se encuentran en las provincia de Salamanca, a dos leguas de Béjar y a una de Montemayor, se halla el pueblo de estas aguas sulfurosas, de color azulado-verdoso, de olor a huevos podridos que desaparece pronto en el aire, y cuya temperatura es de unos treinta y tres grados.

En el Diccionario de Medicina y de cirugía prácticas, publicado en 1858, se reseña: los Baños de Béjar, pueblo del reino de León, partido de Salamanca, dista dos leguas de la villa de Béjar y una de Montemayor. A unos sesenta pasos hacia el N.N.O. del mismo se halla el manantial de sus aguas medicinales, el cual está dentro de una casa que ofrece muy pocas comodidades a los concurrentes.

El balneario llega a tener un despacho en Madrid, situado en la calle de Ciudad Rodrigo, 5, junto a la Plaza Mayor. Además de dar información del balneario se podía adquirir jabón elaborado con sus aguas.

22 - No ocurre lo mismo cuando el famoso predicador franciscano, el bejarano fray Clemente, tras lograr una audiencia con la reina Isabel II, y postrarse ante ella con un dogal al cuello, consigue, con su gran oratoria, un indulto para siete bejaranos sentenciados a muerte por delitos políticos. La soberana, llorando, le manda levantar y telegrafía la indulgencia a Béjar. Por la rapidez con la que llega la orden, los reos, que ya se encontraban en capilla, pueden ser indultados. El patíbulo en Béjar queda suprimido en 1873.

23 - En el año 1886, el viajero a su llegada a Béjar, puede hospedarse en la Fonda de Europa, en el Café del Siglo, en el Café de la Unión o en las casas de huéspedes de Fidel Antón Brochero, de Raimundo García o en la de Victoriano Regadera. La población de Béjar es de 10.162 habitantes. Existen más de doscientas fábricas destinadas a la industria textil en las que se produce una media anual de setecientos mil metros de tejidos, además, hay varias fábricas de curtidos, harinas y jabón y molinos de chocolate.

El primer plano de Béjar data del año 1868.




BÉJAR EN MADRID. Las carreteras y el camino de hierro de Béjar. Publicado en el Especial de Navidad de 2010. JAM-BÉJAR.

17 dic 2011

CARRETERAS BEJARANAS (1/2)















CARRETERA DE BÉJAR A ÁVILA

En 1834 se aprueba el proyecto para la realización de la carretera de Béjar al límite con la provincia de Ávila, de 5 leguas y 4.571 varas de longitud, por un presupuesto de 1.030.787 reales de vellón.

A los ocho años, en 1842, tras la concesión del concurso referenciado, y la aportación económica de los capitalistas bejaranos, se empieza a construir de macadam el camino carretero de Béjar al límite de provincia de Ávila.

Antes de que don Nicomedes Martín Mateos deje Madrid para regresar a su tierra natal - su querida Béjar donde encontrará tolerancia en sus costumbres - influye para que se construya esta carretera pues considera que con su arreglo se mejora la comunicación con Ávila y por consiguiente la necesaria con la capital de España.

En este tramo que nos acerca al límite de la provincia de Ávila, se construyen tres puentes: uno de treinta pies de cuerda en la zona próxima a Palomares de Béjar, sobre el Río Frío; otro de cuarenta en Santibáñez de Béjar, en el río Valvanera y un tercero de cincuenta en Puente del Congosto, en el río Tormes; además de cuarenta y nueve alcantarillas a lo largo de todo el trazado. El desmonte total es de 96.544 varas cúbicas y el terraplén de 83.298.

A los dos años se empieza a ver el fruto del trabajo realizado...

El 28 de diciembre de 1843 se inauguran las obras efectuadas, 36.277 varas, unos treinta kilómetros. ¡Es un día importante para la villa de Béjar!

No se puede celebrar el acto inaugural en el nuevo tramo de carretera motivado por la gran cantidad de nieve allí acumulada y se realiza en la escuela Normal6 de Béjar.

Un repique de la campana Villa y Tierra de la iglesia de San Gil convoca a los invitados al acto de la celebración. A él asiste el jefe político, don José Marugán; el ingeniero que ha dirigido la obra, don Ramón del Pino; la corporación municipal, autoridades civiles, militares y eclesiásticas; jefes y oficiales de la milicia nacional, una comisión de la empresa constructora, otra de los accionistas de Béjar - no olvidemos que habían aportado 174.000 reales para agilizar la ejecución de las obras - y diversas personas distinguidas de nuestra villa.

Comienza el evento con el Himno de Riego, interpretado por músicos llegados desde la capital de provincia. El jefe político, en su discurso, pide más esfuerzo para poder concluir totalmente las obras, también interviene el señor ingeniero y el alcalde de Béjar, don Ramón Olleros. Es tal la gratitud hacia el jefe político y al ingeniero que la municipalidad pide que sean inscritos en las filas de la milicia nacional de la Villa en concepto de simples compañeros de armas, a cuya demanda el alcalde accede; además se les ofrece el título de Vecinos y al señor Marugán el de Padre y protector del pueblo. Tras el acto se sirve un delicado refresco. Se concluye la celebración en un baile de máscaras, el tercero que se lleva a cabo por estos días de Pascua.

En 1851 se reanudan las obras para construir la carretera desde el límite de provincia de Ávila hasta Ávila. Un primer tramo de la obra parte desde la capital abulense, su longitud es de unas quince mil varas y se estima que el importe que puede alcanzar es de veinticinco mil duros. Como el camino y el terreno son muy planos y de labrantío, no es necesaria la construcción de puentes o de obras de fábrica, sólo la de alguna alcantarilla.

El tramo de carretera que franquea el Puerto de Villatoro se termina en 1857. En su realización interviene el señor Monje, diputado por la provincia de Ávila.

La Dirección General de Obras Públicas, en 1860, saca a pública subasta las obras para la construcción de los tramos que faltan. El presupuesto asciende a 2.717.497,60 reales.

En octubre de 1867 queda terminada la carretera Béjar-Ávila, se ha tardado veinticinco años en construir. Tiene una longitud de ciento diez kilómetros.

Falta por construir el actual puente sobre el río Tormes, en el municipio de Puente del Congosto7, que se concluirá en enero de 1879.


CARRETERA DE SALAMANCA AL L. P. DE CÁCERES

En 1834 se aprueba el proyecto para la realización de un pequeño tramo de la carretera de Béjar al límite de la provincia de Cáceres de 3.960 varas de longitud. El presupuesto es de 359.878 reales de vellón.

Terminada la carretera Béjar- Ávila se inicia la construcción de macadam del tramo de Béjar al límite con Cáceres. Se realiza a lo largo de los años 1844 y 1845.

Se construyen treinta alcantarillas y se efectúan desmontes por un total de 27.800 varas cúbicas y terraplenes por 27.900, siendo dichos volúmenes muy igualados. La longitud es de 11.890 varas, aproximadamente diez kilómetros.

En 1846 se construye otro tramo de carretera, el del ascenso al Puerto de Vallejera por su parte Norte. La considerable pendiente motiva su realización en zigzag. Se conforma en tres partes, con una longitud total de dos leguas y un ancho de veinticuatro pies. Ante el considerable aumento de tránsito que se aguarda se solicita aumentar el ancho a treinta y dos pies.

En las Cortes, en 1848, se delibera de la utilización de las ayudas económicas que recibe la provincia de Salamanca para el desarrollo de sus caminos. Pues, además de las contribuciones generales, el Estado ha desembolsado más de seis millones de reales de vellón en pocos años y sólo se ha mejorado un tramo de menos de tres leguas, el de Béjar al límite de la provincia de Cáceres, que ha costado alrededor de medio millón de reales y construido otro de una legua de distancia que unirá las capitales de Salamanca y Madrid. Este camino carretero se inicia por la parte derecha, aguas abajo, del río Tormes y en el que se invierte cerca de un millón de reales; la obra se paraliza y se empieza de nuevo por la zona opuesta, por la izquierda de dicho río. Con este nuevo trazado se le sobrepasa en la localidad de Encinas de Abajo, para lo cual se construye un costoso puente de madera8 del que se recela que tenga poca estabilidad y firmeza.

Ante estas deliberaciones expuestas en las Cortes, hay que considerar el camino carretero de Béjar al límite de provincia de Cáceres entre los mejores de toda la provincia, como la actual A-66 de aquellos tiempos ¡…y en Béjar!

Con posterioridad, las Cortes publica una orden para la construcción de una importante carretera que facilitará a Béjar, entre otras poblaciones, el transporte con los puertos marítimos en Huelva.

En la Gaceta Oficial del 8 de febrero de 1848, tras puntualizar que la Reina Nuestra Señora (Q. D. G.) y su augusta real familia continúan sin novedad en su importante salud, se publica una orden ministerial firmada por el señor Bravo Murillo, Director General de Obras Públicas, en la que se decreta la construcción de una carretera transversal - de macadam - que partiendo de Salamanca, pase por Béjar, Plasencia, Cáceres, Mérida y Los Santos y finalice en la provincia de Huelva.

A los dos años se anuncian las condiciones que regirán en la construcción de la carretera transversal. El tramo desde la ciudad de Salamanca al límite de provincia de Cáceres, de una longitud de 14 ½ leguas, se subdivide en cuatro tramos para ejecutar las fases de su construcción: Salamanca a Sorihuela de 10 ¼ leguas de longitud, Sorihuela a El Bosque de Béjar de 2, El Bosque de Béjar al Arco de la Corredera de Béjar de ¼ y Arco de la Corredera de Béjar al límite de provincia con Cáceres de 2 leguas.

La Dirección General de Obras Públicas, en 1852, somete a pública subasta las obras que faltan por ejecutar desde Béjar al puerto de Baños de Montemayor por un presupuesto que asciende a 831.862 reales de vellón.

Transcurren otros dos años para la adjudicación de las obras del tramo El Bosque de Béjar al Arco de la Corredera de Béjar que se presupuesta en 428.294 reales. En este año de 1854 sólo se puede dedicar a esta obra parte de los fondos estatales, pero se espera que durante los dos próximos poder invertir por completo y terminar su construcción antes de 1857.

En la carretera transversal, a su paso por Béjar, se erige un puente sobre el río Cuerpo de Hombre. El proyecto se inicia en 1850 y no será hasta 1859 cuando se emprenda su construcción. La obra se prolonga a lo largo de tres años. El constructor es el bejarano don Marcelino Muñoz. Está constituido por dos arcos de sillería, de veinte metros de luz y por otros dos más pequeños; por uno de estos discurre el agua encauzada que moverá las turbinas de las fábricas. Resulta un puente de gran solidez, siendo uno de los mejores construidos en la provincia de Salamanca. Se le conoce como Puente Nuevo9 en contraposición de otro más antiguo, situado aguas abajo, denominado Puente Viejo

Para dar un impulso a la construcción de sus dos primeros tramos, los que parten de Salamanca, en 1860 se invierten 957.706,67 reales de vellón. De la carretera transversal, en esta provincia, sólo están terminados los dos últimos tramos: El Bosque de Béjar al Arco de la Corredera de Béjar y el Arco de la Corredera de Béjar al límite de la provincia de Cáceres.

Transcurridos ocho años, el gobernador de Salamanca aprueba un presupuesto de cien mil reales para reactivar los trabajos que se están ejecutando. Los obreros de los pueblos próximos a la carretera que trabajan en su construcción llegan a ser unos ciento cincuenta.

La carretera entre las poblaciones de Fresno Alhóndiga y La Maya se abre al tráfico en 1877, aunque falta por terminar un tramo de unos cinco kilómetros cuyos terrenos todavía no se han expropiado.

Las obras para la construcción del camino carretero entre Salamanca y el límite de provincia de Cáceres se concluyen en 1886. Desde la aprobación del proyecto hasta ver concluidas las obras transcurren cuarenta y cuatro años. Este tramo de la carretera transversal es de ochenta kilómetros.

¿Qué pasó con nuestra particular A-66? ¡Aquel que estaba entre los mejores caminos carreteros de la provincia de Salamanca! El periódico La Victoria, del 31 de julio de 1897, nos esclarece el estado en el que se encuentra el tramo de la carretera de Béjar al límite con la provincia de Cáceres10.

Es deplorable en extremo. Dicho tramo está tan destruido que hay sitios en que la caja se halla al descubierto, como ocurre antes de llegar a Cantagallo, abundando los baches en todo el trayecto referido. Y lo peor es que no hay señales de próxima recomposición, pues no se ven ni montones de almendrilla. Ponga remedio quien deba, para evitar acaso desgracias y seguramente molestias a paseantes y viajeros.

Al finalizar dicho año, las obras de conservación y los acopios de áridos para el tramo de carretera de Béjar al límite de la provincia de Cáceres, se subastan por un importe de 15.763,50 pesetas.

En 1909, el ministro de Fomento ordena la subasta para la reparación del tramo de Sorihuela a la estación del ferrocarril.

Las crónicas bejaranas, en 1922, recogen la petición que se realiza a los automovilistas para que aminoren la velocidad por las nubes de polvo que provocan y que sufren los que tienen costumbre de sentarse en Novelty a tomar un refresco y los obreros que hacen lo mismo en las tabernas próximas al Puente Nuevo.
La Dirección General de Obras Públicas, en 1923, pide colaboración a los ayuntamientos de Béjar, Vallejera, Fresnedoso, Nava de Béjar, Sorihuela y Santibáñez de Béjar, para que participen en la realización de un estudio para la mejora del tramo de carretera que franquea el Puerto de Vallejera. Dicha Dirección justifica esta necesidad por lo difícil y peligroso para la circulación de vehículos de tracción mecánica en el trazado actual, por los zigzag acentuados que presenta y por tratarse además de una carretera muy frecuentada por dichos vehículos.

En 1929 se demanda el arreglo de la entrada a Béjar desde la carretera Salamanca-Cáceres, la pomposa avenida de Alfonso XIII. De no pasar una apisonadora sobre la almendrilla derramada, se convertirá en un lodazal en días de lluvia, como está ahora, y en días soleados con el gran número de baches que tiene, parecerá un verdadero campo de golf.

En 1931 se adoquina el tramo de carretera desde el Puente Nuevo a la estación del ferrocarril11. Son muchas las personas que acuden frente al Parque para presenciar el desarrollo de la obra, la cual, se ralentiza por la huelga existente en Cardeñosa, población de la provincia de Ávila, lugar de donde proceden los adoquines. El adoquinado se retirará en 1977.

Desde esta carretera, en 1932, se realiza otra entrada a la población que comunica con la calle de Colón, para ello se tiene que efectuar una expropiación forzosa de una faja de terreno propiedad de doña Isabel Hernández Medina. Es la actual travesía de Santa Ana.

El Ayuntamiento bejarano, en 1935, arregla la Avenida de la República - Avenida de Alfonso XIII como anterior denominación y actual Avenida del Ejército12 - resultando una carretera excelente con grandes aceras, pero falta:

¡Asfaltarla! Pues ya sabemos todos que un sitio de verano como este, es de un tráfico enorme, y a todas aquellas personas que se sientan a descansar y refrescar por las tardes en Novelty, no las agrada en absoluto, esa polvareda que levantan los coches a su paso.

Con el Plan Peña, año 1939, la carretera de Gijón a Sevilla por León, Zamora, Salamanca y Cáceres se denomina CN-630.

En Béjar hay mucha inquietud por la cantidad de accidentes que se producen en la CN-630, más en concreto en dos tramos próximos a nuestra población. Don Dionisio Blázquez, El Fune, en agosto de 1972, escribe al ministro de Obras Públicas, don Gonzalo Fernández de la Mora, para transmitirle dicha preocupación:

Le voy a pedir un gran favor, tenemos dos puentes peligrosísimos, uno el de Río Frío y otro el del Puente Nuevo, han costado vidas y mucho peligro para los niños que tienen que ir a sus colegios y pequeños que van con sus madres y con la velocidad de camiones de gran tonelaje, le agradecería de gran corazón se tomara un gran interés por este asunto.

El señor ministro, en septiembre de 1972, le responde:

Contesto su carta del pasado mes relativa a la mejora de dos puntos peligrosos, que aunque no especifica su emplazamiento, entiendo que corresponde a los de la CN-630, de Gijón a Sevilla, a su paso por los Ríos Fríos y Cuerpo de Hombre. El primero de ellos, es el que plantea mayor problema, pero la mejora de ambos, se incluirán en las obras de acondicionamiento del tramo Guijuelo-Baños de Montemayor, kilómetros 49 a 83 de la precitada carretera. He ordenado que se estudie el correspondiente proyecto, ya que el acondicionamiento de este tramo, como el de la totalidad de la CN-630, en que está integrado, se ha previsto en el III Plan de Desarrollo (1972-1975). Reciba un cordial saludo.

En octubre de 1973, el señor Fernández de la Mora contesta a otro escrito del señor Blázquez:

...que el tramo Guijuelo-Baños de Montemayor, será objeto de acondicionamiento con variante de trazado, para la supresión de la travesía de Béjar. La terminación de estas obras está prevista dentro del IV Plan de Desarrollo (1976-79). La llamada autopista de la Plata tendrá un trazado completamente independiente de la variante precitada y de toda la carretera N-630, que quedará como itinerario alternativo de uso libre...

En la carretera nacional 630, se ensancha el Puente Nuevo, en 1977, para poder construir aceras de las que carecía, un año más tarde se amplía el puente del Ventorro de Fresnedoso en la subida del Puerto de Vallejera y en 1986 se construye un puente sobre el Río Frío.

En la actualidad una importante carretera recién estrenada13, la autovía A-66, recorre nuestra comarca; tan lustrosa discurre que nos hace desvanecer la otrora CN-630.

La carretera es conocida por Alberche-Barraco y su origen se encuentra en Béjar, en Bañaduras Bajas.

En la sesión celebrada en el Congreso, el día 25 de mayo de 1885, se aprueba sin discusión el dictamen relativo a la construcción de esta carretera. El asunto suscita un debate entre varios diputados y el ministro de Fomento, don Alejandro Pidal, del que resulta el acuerdo de proponer una medida que evite el que todos los años se voten por centenares los proyectos de construcción de carreteras que jamás pasan, ni pueden pasar, del estado de proyectos.

En el Senado, el señor Merelo y Calvo, senador por Ciudad Real, se queja de que se aprueban proyectos con mucha facilidad y cuya realización es luego cosa tardía, insinuando que estos pueden ser, en ocasiones, recursos electorales. (Este sonsonete también resulta conocido por nuestra tierra).

Las obras para la ejecución del primer tramo14, considerado desde la carretera de Salamanca-Cáceres hasta el puerto de La Hoya, se subastan en 1891, por un presupuesto de contrata que asciende a 109.331,93 pesetas. No se iniciarán hasta el año siguiente, cuando el Ministerio de Fomento aprueba el expediente para poder realizar las expropiaciones.

La Dirección General de Obras Públicas subasta la construcción del segundo tramo en 1892, por un importe de 131.000,03 pesetas.

Las obras del quinto tramo se subastan en 1901 por 210.677,99 pesetas.

Los trabajos se paralizan en el año 1902. Los ayuntamientos de Béjar y de El Barco de Ávila instan al ministro de Obras Públicas, señor Silvela, para que se proceda a su reanudación.

Después de las fuertes tormentas ocurridas en el mes de julio de 1905, el ministro de Fomento, el conde de Romanones, promete al gobernador de Ávila dedicar a esta provincia parte de los créditos destinados a remediar los daños ocasionados. El mandatario abulense pide que se empleen, especialmente, en la carretera Salamanca-Cáceres a El Barco de Ávila. En noviembre, el Ministerio aprueba las obras del segundo tramo - en el que ya se habían realizado mejoras en 1892 - y del tercero, disponiendo que se ejecuten por administración. Las obras se subastan a finales de 1907.

El constructor salmantino don Antonio Gil Rodríguez, en 1921, se encarga de las obras del cuarto tramo que trascurre desde el kilómetro once al veintiuno. El importe de los trabajos asciende a 84.900 pesetas.

La construcción de la carretera desde la de Salamanca-Cáceres a El Barco de Ávila se prolonga a lo largo de treinta años. La longitud de la carretera es de unos treinta kilómetros.


CARRETERA DE BÉJAR A CANDELARIO

Las obras para la construcción de la carretera de tercer orden Béjar-Candelario se subastan en 1860 por un presupuesto de 393.812,54 reales, pidiendo un depósito para su ejecución de 19.000 reales. Al no existir licitadores, se aumenta el presupuesto un quince por ciento y se vuelven a subastar por 452.884,34 reales de vellón.

La realización de la obra se desarrollará con alguna lentitud.

Los acopios de áridos para su conservación se subastan en 1881 por un importe de 760,38 pesetas.

La Dirección General de Obras Públicas, en 1913, autoriza la inversión de 1.520,70 pesetas para la conservación de la carretera.

En este mismo año, el Delegado de la Comisaría del Turismo de Salamanca, comenta:

El viaje de Béjar a Candelario, media hora en coche, es bellísimo. La carretera zigzaguea por sobre las márgenes del río Cuerpo de Hombre, mostrando al viajero en cada vuelta pintorescos paisajes, tan lindos como los de los valles y montañas suizos; hasta el serpenteante trazado de la carretera, con sus filas de altísimos y derechos chopos de Lombardía, semeja exactamente a las vías alpinas,

La variación del trazado en el kilómetro tres se subasta en 1922, el presupuesto asciende a 35.291,61 pesetas y el plazo de ejecución es de dos años.

La carretera tiene una longitud de 3,58 kilómetros.


CARRETERA DE BÉJAR A CIUDAD RODRIGO

En las Cortes, en 1872, se presenta un presupuesto para realizar los estudios para su construcción. Se aprueba, pero de manera ficticia al ser sancionado en un periodo electoral.

No será hasta el 1879 cuando se inicie el replanteo de la carretera. La revista bejarana La Unión, en agosto de dicho año, publica una crítica contra el ingeniero encargado de realizarlo:

El ingeniero señor Urquiza encargado de los estudios de las carreteras de esta población a Ciudad Rodrigo, se halla practicando los del trozo de Molinillo a Pinedas, a poco más de tres leguas de Béjar. Siguiendo así, quizás para dentro de tres o cuatro años haya terminado su misión y logre plantar los jalones en las murallas de la antigua Miróbriga. Sentimos mucho volver a ocuparnos de este desdichado asunto, pero como ni nuestras censuras, ni las repetidas excitaciones de sus superiores jerárquicos, ni los estímulos del amor propio logran sacar al señor Urquiza de su apatía y son grandes los intereses de los pueblos que se cifran en la pronta terminación de la carretera...

Tienen que pasar otros siete años para que el proyecto de construcción tome visos de realidad.

En 1886, la Dirección General de Obras Públicas saca a pública subasta las obras del primer tramo, incluida la travesía de Béjar, por un presupuesto de contrata de 321.757,75 pesetas. El inicio de las obras se espera con inquietud pues puede dar trabajo a muchos de los obreros de la industria textil que se encuentran en paro. El Ministerio de Fomento, en 1889, aprueba un presupuesto adicional de 24.429,68 pesetas para la construcción y reparación de dicho tramo. Pasados cinco años, en el Congreso se sanciona una proposición de ley para activar las obras, pues se desarrollan con mucha lentitud.

En Béjar, en 1897, se celebra una manifestación de obreros exigiendo trabajo. Si el Gobierno decidiera continuar con las obras que llevan un tiempo paralizadas se podría mitigar la situación laboral. El diputado a Cortes por Béjar informa que se han dado las órdenes para un nuevo replanteo del tercer tramo, fase que ya se había realizado un cuarto de siglo antes.

La construcción de la carretera no avanza a pesar de figurar en el Plan de Obras del Estado durante los años 1903 y 1905. El diputado a Cortes por Béjar, don Nicolás Oliva, manifiesta que dicha obra está aprobada, pero que no se puede subastar hasta que no se verifique el replanteo previo, la realización se recomienda al ingeniero jefe de la provincia.

Al finalizar el año 1905, el alcalde de Béjar se dirige al Director General de Obras Públicas y al diputado a Cortes por Béjar para rogarles que realicen los trámites necesarios para que se active la subasta para la construcción del tercer tramo. Don José Rodríguez Yagüe, senador, y don Nicolás Oliva Rodríguez, diputado a Cortes, responden diciendo que con mucho interés recomiendan al ministro de Fomento la subasta de dicho tramo. Este tercer tramo se consigue construir.

El Ministerio de Fomento, en febrero de 1906, aprueba la sección primera tramo cuarto, con un plazo de ejecución de cuatro años y un importe de 214.412 pesetas. En marzo de 1909 se adjudica en 185.500 pesetas.

La adversidad hace retrasar aún más el avance de las obras. En 1910, una gran crecida del río Alagón derriba el puente que lo franquea. Se construye nuevo puente que se inaugura en mayo de 1915, en el acto oficial, el contratista don Julio Muñoz, hace entrega de la obra al ingeniero jefe de Obras Públicas de Salamanca, don Indalecio Pérez Toresano y al ingeniero encargado de la obra, don Manuel Sacristán.

Los dos ingenieros se trasladaron en automóvil, acompañados de don Francisco Muñoz y don Emilio Pérez, al lugar en el que está emplazado el mencionado puente. Se celebra con una comida servida en el campo, como acostumbra hacerlo el activo fondista don Venancio Rodríguez.

Después de informar que Su Majestad la Reina de España doña Victoria Eugenia de Battenberg, embarazada del que fuera su benjamín, don Gonzalo Manuel María Bernardo Narciso Alfonso Mauricio, ha dado su acostumbrado paseo matinal por la Casa de Campo de Madrid, acompañada de su dama particular de servicio, la Gaceta Oficial, en 1914, inserta la orden para la ejecución, por administración, de las obras del segundo tramo por un importe de quince mil pesetas. Esta actuación está dentro del Plan General de Carreteras, conocido como Plan Ugarte.

En diciembre del siguiente año se subastan las obras del cuarto trozo del segundo tramo por un presupuesto de 118.772,24 pesetas.

Treinta años transcurren para hacer carretero este camino de herradura. La carretera es de noventa y cuatro kilómetros de longitud.

Una vez construida, ¡vuelta la burra al trigo! Hay que empezar a trabajar en su reparación.

La Dirección General de Obras Públicas, en 1917, subasta las obras de reparación de explanación y firme de los kilómetros uno al diez, por un presupuesto de 70.528,98 pesetas; este tramo se había construido en 1889. En junio del mismo año, la mencionada dirección, subasta el acopio de piedra para conservación de los kilómetros once al treinta y siete, por un importe máximo de 13.687,76 pesetas, siendo adjudicado a don Antonio Gil en la cantidad de 10.539,59 pesetas. Al año siguiente, la subasta del acopio de piedra es por 8.183,65 pesetas...

En el invierno de 1922 se caen las trincheras del kilómetro veintisiete, quedando interceptada la carretera. En junio, por esta carretera, el rey don Alfonso XIII viene a Béjar de su famoso viaje a las Hurdes.

La Diputación de Salamanca, en 1933, adjudica cuarenta y seis mil pesetas para la mejora del trazado.


CARRETERA DE CIRCUNVALACIÓN

En 1897 se plantea la necesidad de construir una carretera de circunvalación por el Oeste de Béjar. Con relación al planteamiento, en la prensa local dan una recomendación a la autoridad:

Nos permitimos indicar al señor alcalde y señores concejales se vayan con los píes de plomo en el asunto del camino que ha de unir el de las Olivillas con la carretera de Sequeros. Que no está el erario municipal para aventuras.

La Diputación Provincial, en 1898, subvenciona con dos mil pesetas la construcción de la carretera. En septiembre, en el Ayuntamiento se recibe el plano para su construcción y se acuerda que don Jerónimo Gómez Rodolfo, como diputado provincial, pida a la Diputación que aumente la subvención.

En 1903, se plantea construir desde la carretera de la estación del ferrocarril a la de Ciudad Rodrigo15.

En el Ayuntamiento, en 1910, se delibera el proyecto del ingeniero señor Sacristán que propone que el trazado sea por el Oeste de la población, algunos de los presentes opinan que se debería llevar desde la Plaza Mayor hasta el puente de San Albín y otros desde el Barrio Abajo a la plazuela de La Antigua. La deliberación del proyecto se debe de acortar pues se quiere presentar inmediatamente. En el pleno se expone que se emplearán 15.000 pesetas y que dará trabajo a muchos obreros.

En 1911 el proyecto se aprueba por administración. El trazado pasará por la plazuela de La Antigua y el puente de San Albín. Después de su ratificación, se varía el estudio para reducir la pendiente, en vez de ir por la plazuela, se llevará unos ochenta metros más abajo, con lo que naturalmente tendrá más longitud y diferentes expropiaciones.

En el primer kilómetro se tiene que expropiar un trozo de terreno de una finca de don Benito Sánchez. La expropiación y la construcción de un muro importan unas doscientas pesetas. La comisión municipal acuerda evaluar el total de las expropiaciones por si el Ayuntamiento puede abonar las restantes.

En un pleno municipal, el diputado a Cortes, don Cipriano Rodríguez Arias, informa que su señora madre cede gratuitamente la parcela de terreno cuya expropiación le ha pedido el Ayuntamiento y que él, a su vez, como copropietario de los edificios en los que está instalada La Estambrera, entrega doscientas cincuenta pesetas para la obra de construcción, además, de haber conseguido del Estado una subvención de veinte mil pesetas.

A don Benito Sánchez le abonan doscientas cincuenta pesetas por la expropiación del terreno.

Don Nicolás Sánchez ofrece gratuitamente el terreno que se necesite de su propiedad y de sus hermanos.

Don Gregorio Hernández Simón, dueño de una casa junto a la obra, expone que con las explosiones de los barrenos se le llena el tejado de piedras y que se han movido los muros y hasta los cimientos.

En la junta municipal, se expone que para evitar que nos ocurra con esta carretera lo que con la de El Castañar; deseo que antes de continuar los trabajos, se haga, como está acordado, el estudio para saber cuánto han de costar las expropiaciones.

En 1913, se presenta en el Ayuntamiento una petición realizada por trescientos cuatro vecinos pidiendo que se reanude la construcción de la carretera. El alcalde recuerda que la corporación es favorable a que se prosiga y que si está interrumpida es por el expedienteo y por la escasez de fondos en las arcas municipales.

El gobernador civil, en 1914, decreta que se abonen los expedientes de expropiación correspondientes al tramo tercero y cuarto. Para adelantar las obras, varios bejaranos se ofrecen para anticipar su importe.

El Ayuntamiento tiene previsto continuar con las obras cuando se concluya la carretera que se está realizando desde Candelario a Navacarros.

Por fin, en febrero de 1915, una decisión del gobernador civil hace presagiar que ha llegado el momento de su terminación. Se notifica a los propietarios de los terrenos por donde ha de pasar para que comparezcan ante el alcalde con el fin de habilitar a los peritos que les van a realizar las mediciones y valoraciones; por parte del Ayuntamiento está designado don Rafael Lozano. Además de beneficiar a las empresas de la zona facilitando la comunicación con la estación del ferrocarril, en invierno, además, será dicho camino un nuevo y magnífico paseo para las personas delicadas y achacosas.

En un pleno municipal celebrado en 1916, el alcalde, don Urbano Domínguez, informa que el Ministerio de Fomento ha concedido ocho mil pesetas para la construcción de la carretera y seis mil pesetas para pagar las expropiaciones de los terrenos particulares que ha de ocupar. El señor Domínguez manifiesta que citará a otras personas pudientes interesadas en la construcción de dicho camino para ver de recabar el importe total de las expropiaciones y activar el asunto, para que cuanto antes tengan ocupación los obreros parados. A las personas citadas les expone que faltan más de dos mil pesetas para el importe total de las expropiaciones y que en el caso de no poder reunir dicha cantidad, habrá que devolver al Estado, por tercera vez, las ocho mil pesetas que se encuentran en la Jefatura de Obras Públicas de Salamanca.

Para poder abonar las indemnizaciones por las expropiaciones realizadas, varias empresas y particulares contribuyen en la recaudación: La Industrial Bejarana entrega 1.488,33 pesetas; don Jerónimo Gómez Rodolfo Yagüe, 1.488,33; los señores Redondo y Cascón, 1.488,33; don Cipriano Rodríguez Arias, 450; don Anselmo Olleros Gómez, 250; don Nicolás Oliva, 150; don Benito Álvarez, 150; don José Rodríguez Yagüe, 100; don José Galindo, 100; don Nicolás Sánchez, 50; los señores López y López (del comercio), 50; don Cándido García (del comercio) 50, don Mateo Iglesia (del comercio) 50, don Nicolás Manzanares 25, don Mariano Hernández (del café Progreso), 25; don Crisanto Rodríguez, 25; don Indalecio Linares, 20; don Francisco Gutiérrez (del café Gurugú), 10; don Clemente González (del comercio de curtidos), 15 y don Juan Acle, 15 pesetas. Doña Manuela Rodríguez Arias cede la faja de terreno de su propiedad que se tenga que expropiar.

Las obras se reinician en octubre de 1916, habiendo dado tiempo para que los dueños de los terrenos puedan recoger sus frutos y el día 1º de septiembre se empieza a pagar las expropiaciones.

Para franquear la muralla, en noviembre de 1916, se derriba la Puerta de la Traición. En la prensa local se lamentan por tal desatino:

¿No se podía haber desviado la carretera citada dos metros a la izquierda o a la derecha para conservar intacto el mencionado arco? Pero, en fin, el arco ha desaparecido y no hay sino lamentarlo, como nosotros de todas veras lo lamentamos, sintiendo no haber sabido antes que el trazado de la carretera pasaba por dicho sitio, para haber hecho una campaña a favor del tradicional arco.

Quedan en pie los fuertes murallones que tenía a uno y otro lado, que con el transcurso del tiempo también se destruirán. Esta entrada de la Ciudad era una de las mejores de la muralla.

Por el año 1973, la carretera dependiente de la Diputación de Salamanca pasa a ser del Ayuntamiento de Béjar, se permutada por la de Béjar a El Castañar. Como consecuencia del cambio de dependencia, la corporación municipal, presidida por don Pedro Carbajo Lozano, en 1975, decide cambiar la denominación de carretera de Circunvalación. A propuesta del concejal de Urbanismo, señor Rodríguez Martín, el tramo desde el cruce con la calle de Olivillas hasta el de la calle 29 de Agosto, actual ubicación del monumento del Hombre de Musgo, pasa a llamarse Ronda de Viriato, en recuerdo del famoso caudillo lusitano.


CARRETERA DE BÉJAR A EL CASTAÑAR

Con el fruto de una suscripción realizada en Béjar y una probable ayuda por parte del Ayuntamiento, en 1903, se pretende realizar el camino carretero de Béjar a El Castañar que había sido proyectado por el arquitecto municipal, don Benito Guitart Trulls16. La magnitud de la obra dependerá del dinero que se pueda recaudar. Los más interesados en que se construya son los propietarios de las fincas situadas en este monte y las personas que poseen carruajes pues por él podrían ascender con facilidad a la ermita de la Virgen del Castañar, patrona de Béjar y de su comarca.

En mayo de 1906, el alcalde, señor Olleros, da cuenta de la entrevista que ha mantenido con el ministro de Fomento, informando que para recibir ayudas oficiales para su construcción, hay que incluirla como un tramo de la carretera de Béjar a la población de La Garganta y que se debe de presentar un proyecto de ejecución.

En el siguiente pleno, el concejal señor Muñoz, informa que según le ha notificado el diputado provincial, don Vicente Hernández Anaya, la Diputación de Salamanca ha accedido a que los dos primeros kilómetros de la carretera se incluyan en su antiguo proyecto de caminos vecinales, el de Béjar-La Garganta, pasando por El Castañar.

En julio de 1906 se inician los trabajos en los que se emplean de veinticinco a treinta obreros.

La obra se paraliza por la escasez de recursos económicos. En septiembre del mismo año, se propone que los concejales pudientes faciliten dinero en calidad de préstamo. El alcalde manifiesta que el segundo tramo, de los tres en los que se ha dividido la construcción de la carretera hasta El Castañar, se acabará durante la presente semana y que es su deseo que los trabajos continúen y que la obra que se haga quede en condiciones para resistir los temporales de agua y nieve. El asunto se tratará en sesión secreta.

Entre los propietarios que han cedido terrenos, merece especial mención don Luis López Cenizo que ha dado dos zonas de gran importancia y ha permitido que el camino divida por la mitad una finca de su propiedad. Aparentemente las dificultades se van allanando.

En noviembre, el concejal señor Gómez-Rodulfo, expone:

Muy pronto será estudiado y aprobado el proyecto de construcción del camino nuevo de El Castañar por el Estado, y una vez aprobado, abonará lo que se invierta en la construcción, en tanto que ahora, sin proyecto oficial, no abona nada de lo que se haga, y puede ser un inconveniente lo que haya hecho por si rectifica el ingeniero algo del proyecto actual, se suspenda la construcción del referido camino y, si se ha de seguir empleando dinero en obras, para remediar en algo la crisis obrera, que se invierta en otras, como el arreglo de calles y avenidas.

En una sesión municipal celebrada en diciembre, el concejal señor Muñoz informa:

El ingeniero señor Sacristán ha manifestado que, cuando se le ordene de la dirección, vendrá a hacer el estudio del camino vecinal Béjar-La Garganta. No sabemos si el trozo de la carretera al Castañar ya casi terminado y el que construyéremos, de seguir las obras de la misma, nos serán de abono para ese camino.

Se resuelve suspender las obras y proporcionar trabajo a algunos de los obreros con el arreglo de la calle de Gerona. El señor Sacristán afirma que las obras realizadas en el camino a El Castañar no son de abono para el camino vecinal a La Garganta por no estar hechas conforme a plano aprobado por el Estado.

El señor ingeniero, don Manuel Sacristán, junto con el sobrestante, don Valentín Brusi, en diciembre de 1908, llegan a Béjar para realizar el estudio del concedido camino vecinal Béjar-La Garganta.

En el proyecto, el camino de Béjar a El Castañar, discurre por: Arco del Monte, sube por El Regajo de los Moros, pasa por la huerta de don Luis López Cenizo, llega junto a la casa que hay antes de la Fuente del Lobo, desde allí vuelve en sentido a El Castañar y pasa no muy por bajo de la ermita y un poco por cima de la casa llamada de Las Madrileñas.

El proyecto de construcción de los dos kilómetros que terminan en El Castañar se aprueba en agosto de 1909, como pertenecientes al camino vecinal Béjar-La Garganta. Se espera que llegue el dinero para poder continuar la obra. El diputado a Cortes, señor Olleros, se ha esforzado mucho para que se aprobara el proyecto.

Las obras se reanudan en abril de 1910. Se confía que para la fiesta de la Virgen de este año se pueda subir en coche. A primeros de mayo se paralizan al llegar a un terreno privado próximo al Chorrito. Se pide a los propietarios de las fincas por donde tiene que pasar, que den facilidades para la construcción, como lo hace don Nicolás García y don Lino Terradillos (dueño del comercio La Favorita). La obra sigue adelante, pero no se termina para la celebración; se prepara provisionalmente para que puedan subir algunos coches. A la celebración religiosa asisten los obispos de Santander, Salamanca y Plasencia.

Don Luis López Cenizo exige al Ayuntamiento tres mil pesetas de indemnización por pasar el camino por su fachina, debiendo de respetar la casa que posee en la parte baja de la misma. Policía y Obras expone que el Ayuntamiento ha ofrecido mil pesetas y varios particulares otras mil y las restantes que las deben de aportar los que suban al El Castañar en coche o automóvil.

Por Real Orden de 28 de octubre de 1911 se deniega la subvención para la construcción de la carretera desde el Convento de El Castañar a La Garganta de Béjar.

En abril de 1912, el Ayuntamiento resuelve no variar el trazado como lo solicita don Luis López Cenizo. Como compensación de los perjuicios que le ocasionen con el paso de la carretera por su fachina, le ofrece mil novecientas pesetas, de las cuales, mil de los fondos municipales y novecientas de dueños de coches. Se espera que la carretera esté concluida antes del verano.

La entrega de la obra, aunque no está concluida, se realiza el 18 de julio de 1912. En representación de la Diputación provincial asisten los diputados señores Méndez y Jiménez. A primeros de agosto se firma un acuerdo entre el Ayuntamiento y don Luis López Cenizo cesando de esta forma la interrupción en esta zona. Las obras se agilizan y se espera que se pueda subir en coche el día de la fiesta de la Patrona.

Día 8 de septiembre de 1912, fiesta en honor a Nuestra Señora la Virgen del Castañar. ¡La carretera está terminada!

Entre las muchas personas que ascienden a la celebración, en automóvil, por la recién estrenada carretera, se encuentra Su Alteza Real, Infanta de España y Princesa de Baviera, doña María de la Paz de Borbón, María de la Paz Juana Amelia Adalberta Francisca de Paula Juana Bautista Isabel Francisca de Asís; acompañada de su esposo y primo carnal, Su Alteza Real, Príncipe de Baviera, don Luis Fernando de Baviera; su hija, S. A. R. Infanta de Baviera, doña María del Pilar; el gobernador de Salamanca, el coronel de la Guardia Civil y el secretario de la infanta, el canónigo don Gonzalo Sanz.

La Diputación de Salamanca, arregla la carretera en 1920. En la prensa se realiza la siguiente sugerencia:

Suponemos que también se arreglará la curva que está junto al camino que conduce a la Fuente del Lobo, pues ya que don Jerónimo Gómez-Rodulfo Yagüe cedió gratuitamente el terreno necesario para darle más amplitud, justo es que quede en perfectas condiciones.

En 1925 se declara de utilidad pública el camino vecinal desde El Castañar a La Garganta de Béjar.

Durante el mismo año, el Ayuntamiento repara la carretera Béjar-El Castañar con una subvención del Estado del cuarenta y cinco por ciento.

La Diputación Provincial, en 1930, informa a una comisión de nuestro Ayuntamiento, integrada por el alcalde, don Francisco Gómez Rodulfo y los concejales, don Tomás Hernández Agero, don José Galindo y don Eduardo Díaz que la carretera El Castañar-La Garganta de Béjar se construirá bordeando el monte de El Peladillo por la parte que mira a Béjar; en la zona se podrán construir bonitos hoteles para veraneo con excelentes condiciones higiénicas.

Para promover la construcción, otra comisión del Ayuntamiento de La Garganta de Béjar, en la que se encuentra su secretario, don Justo Majada, se reúne con el alcalde de Béjar, don Mariano Hernández.

La Diputación aprueba los proyectos de los tramos primero y segundo y autoriza su replanteo siempre que los ayuntamientos interesados den su conformidad al presupuesto de contrata. El Ayuntamiento propone que para construir esta carretera, el contratista debe comprometerse a realizar las obras por el importe de la subvención del ochenta por ciento que concede la Diputación, pero no se encuentra a ninguno que trabaje con estas condiciones.

Al finalizar el año 1932 se termina la prórroga concedida. Don Emilio Muñoz, la viuda del señor Izard y don José Galindo ofrecen cinco mil pesetas cada uno para su construcción, pero hacen falta cincuenta mil para empezar las obras y no perder el derecho a las ayudas que adquirió el Ayuntamiento de 1930. En 1937 se propone emplear prisioneros de guerra, debiendo de presentar el Ayuntamiento un proyecto y ofrecer herramientas y edificios aceptables o terrenos para instalar barracones. Situación que no se llega a realizar. La carretera desde El Castañar a la población de La Garganta de Béjar – denominada La Garganta en la actualidad - no se llegó a construir.

La curva, de donde parte el camino que conduce al paraje de la Fuente del Lobo se amplía en enero de 1935.


CARRETERA DE SALAMANCA-CÁCERES A VALDESANGIL

Por Real Orden de 28 de octubre de 1911 se aprueba la construcción de una carretera desde la de Salamanca-Cáceres a Valdesangil. El Ministerio de Fomento subvenciona con 4.400 pesetas.

En 1913 se aprueba el proyecto por un presupuesto total de 13.330,85. La subvención por cuenta del Estado es de 4.426,20 pesetas.

En 1914 se destinan 5.221,55 pesetas para su construcción por administración, pero… en enero del siguiente año, las crónicas apuntan:

Hace dos años que comenzaron a hacerse los estudios del camino que ponga a este arrabal de Béjar en comunicación moderna con el resto del mundo y que el Estado concedió varias subvenciones, mas las arcas municipales andan a merced del viento al ser pequeño su peso y se tiene que pedir una prórroga al Ministerio.

A petición del Ayuntamiento de Béjar, siendo alcalde el señor Cantón, se vuelve a ratificar el proyecto, pero por no haberse presentado en el tiempo indicado, caduca el derecho a la subvención.

La prensa bejarana, en 1929, comenta que Valdesangil se despuebla, y realiza una de tantas peticiones para que se construya la necesaria carretera:

Hace unos treinta años reunía ciento ochenta vecinos y en la actualidad cuenta con noventa, que para cuando se construya la carretera, probablemente después de otros treinta años, servirá para que se paseen los gorriones y las lagartijas.

En 1930 aparece otro irónico comentario relacionado con su construcción:

A Valdesangil le vendría muy bien un caminito vecinal que le uniera con Béjar directamente o si quiera con la carretera de Salamanca. No es que nos sea de absoluta necesidad. Acostumbrados desde pequeñitos a la gimnasia, todos los habitantes de este pueblo trepan como corzos por esa senda de cabras que comienza en la glorieta de Riofrío. […] Por nuestra parte estamos dispuestos a dar toda clase de facilidades; hasta el extremo de que, si las sillas en que sentados esperamos la resolución, estorban para los trabajos, las retiramos al momento poniéndonos de pie.

En 1931, una comisión formada por el valdesangileño don José Curto, director de Correos de Salamanca y don Pablo González, párroco de Valdesangil, visita al presidente de la Diputación, señor Mirat, para activar la construcción. Esta diligencia dará como resultado la realización del proyecto constructivo. Apoyan estas gestiones, entre otros, el anterior alcalde de Béjar, don Francisco Gómez-Rodulfo; el diputado a Cortes por Béjar, señor Villalobos y el secretario del Ayuntamiento, señor Miñana.

El camino que une Valdesangil con la carretera Salamanca-Cáceres se repara en febrero de 1933, bajo la dirección de un capataz de la Diputación. Cuentan con la subvención de novecientas pesetas, concedida por este organismo, cincuenta pesetas donadas por don Francisco Brusi y veinticinco por don José Curto. La Caja de Previsión se muestra conforme en anticipar el dinero para comenzar por su cuenta las obras de la carretera en espera de que le sea reintegrado por la Diputación.

A primeros de 1936, por la intervención del señor Villalobos, la Junta Nacional contra el Paro Obrero concede quince mil pesetas para su construcción. Se consiguen después de su anulación y se aplican a obras de carácter sanitario: la construcción de evacuatorios subterráneos en Béjar. La anulación del presupuesto se realiza siguiendo el criterio de invalidar todas las concesiones de esta clase que se habían hecho en el Gobierno anterior. Valdesangil se había gastado más de dos mil pesetas en el proyecto de construcción.

No será hasta 1955 cuando se termine de construir el camino carretero, medio siglo después de su aprobación.

Diputación de Salamanca realiza el pavimentado asfáltico durante las campañas de 1961 y 1962.

Tiene una longitud de 1.610 metros.


CARRETERA DE BÉJAR A ALDEACIPRESTE

Entre los caminos vecinales subvencionados por el Estado y solicitados por los diversos ayuntamientos, con arreglo a lo dispuesto en el Real Decreto de 21 de junio de 1918, se encuentra el de Béjar a Aldeacipreste.

El proyecto de construcción se aprueba en 1921 por un presupuesto de 295.625,50 pesetas, de las cuales, 114.270,30 pesetas serían por cuenta del Estado, 75.397,25 aportaría el Ayuntamiento de Aldeacipreste, 16.811,57 el de La Calzada de Béjar y 36.007,49 el de Béjar. La construcción de la carretera se aprueba en 1923.

El Ayuntamiento, en 1924, eleva una petición al Director General de Obras Públicas para que autorice a la jefatura provincial a realizar un estudio para variar el trazado ya aprobado. Se propone que no se inicie en la carretera Salamanca-Cáceres sino que desde la fábrica de don Francisco Gómez Rodulfo enlace con la carretera de Circunvalación. Por un olvido en formular la solicitud, se pierde el anticipo concedido para su construcción y la subvención que daba derecho la Ley de Caminos.

Don Nicolás García Faure, propietario del lugar conocido por Arroyo Antoria, autoriza a continuar con los trabajos interrumpidos en dicho paraje, siempre que le garanticen el valor del terreno que se le ha de ocupar. Se le valúa a setenta y cinco céntimos metro cuadrado y se estima que el terreno que se tiene que expropiar es de unos siete mil setecientos.

El señor García Faure, en 1927, se opone a que pase la carretera por su propiedad y por tanto el Ayuntamiento se plantea recurrir a una expropiación forzosa. Don Francisco Gómez Rodolfo está dispuesto a ceder gratuitamente el terreno que se le ocupe. Don Mariano Zúñiga manifiesta que en principio se le ha ocupado terreno, pero que desea que el Ayuntamiento le facilite un plano con el que poder conocer lo que falta de ocupar.

Durante este año las obras se vuelven a paralizar.

En febrero de 1932, el concejal señor Garrido informa:

“Que había acompañado al contratista señor Gil al pueblo de Aldeacipreste para evitar que fuese objeto de alguna agresión, como se suponía, dado lo excitados que estaban los ánimos entre estos vecinos. Añade que nada ocurrió y que se pagó a los obreros siete mil pesetas que les adeudaba dicho contratista, comprometiéndose este a terminar la construcción del camino muy pronto”.

Se reinician las obras17 tras la identificación de unas fincas, pero al terminar el año, se acuerda volver a paralizarlas por las malas condiciones económicas del Ayuntamiento.

Al siguiente año se acuerda pedir a Fomento que realice un contrato directo para construir el último tramo que falta, el de Béjar a Picozos.

En marzo de 1935, en una reunión en la que participa don Ramón Olleros Gregorio, don Antonio Gosálvez Anaya y don Francisco Gómez Rodulfo por parte de Béjar y don José Barragán Muñoz, don Martín Sánchez Len y don Máximo Ley García por la de Aldeacipreste, se acuerda que hay que realizar todos los trámites necesarios para que se termine la carretera.

El Ayuntamiento reconoce la deuda que tiene con algunos propietarios a los que les ha expropiado. Se aprueba los contratos para la concesión de terrenos con los siguientes particulares: don Ignacio y don Mariano Zúñiga, don Antonio Sánchez Romero, don Clemente González Benito, don Nicanor Grande Martín, don Mariano García Alonso, don Aniceto Valencia Nieto, don Dionisio Tejado Martín, don Juan Sánchez Sánchez, doña Jacoba Pérez García, don Fulgencio García Galindo, don Isidro García Iglesias, don Nicolás Martín Boyero, don Julián y doña Victoria Hernández Domínguez, don Juan Antonio Rodríguez-Arias, doña Lorenza Brochín Comendador, doña Luisa Talón, don Andrés Sánchez Hernández y doña Nicanora de Frutos.

En 1936 se aprueban los créditos para el pago de obligaciones pendientes, a cuenta del impuesto de Utilidades, con la banca de García y Cascón, por un importe de 12.895,82 pesetas. Con los créditos aprobados, el camino vecinal termina siendo una carretera por la que los vehículos ya pueden circular.

A los dos años, el Ayuntamiento liquida la deuda y la corporación municipal acuerda agradecer a dicha entidad la condonación de 3.050,92 ptas. por los intereses de la cantidad recibida para las expropiaciones.

La carretera pasa por Picozos, la Vega de Aldeacipreste - vega que perteneció a los Duques de Béjar donde construyeron un edificio conocido por Casa de la Vega -, desciende desde el Tranco del Diablo hasta Navarredonda para volver a subir una larga pendiente hasta llegar a Aldeacipreste.

La Diputación de Salamanca asfalta la carretera en 1979.


CARRETERA DE GUIJUELO A SORIHUELA- PIEDRAHITA

El diputado a Cortes por Béjar, en mayo de 1898, propone que sea incluida en el Plan General de Carreteras del Estado. En 1911 se aprueba un presupuesto para su replanteo. Por las gestiones del señor Villalobos se construye en 1919 por un importe de doscientas sesenta y cuatro mil pesetas. Tiene una longitud de treinta y dos kilómetros.


CARRETERA DE EL CASTAÑAR A BÉJAR-CANDELARIO

En 1903, el Director General de Obras Públicas manifiesta que tendrá en cuenta en tiempo oportuno la construcción de esta carretera14. En 1923, se mejora un viejo camino de herradura, que discurre desde El Castañar a la carretera Béjar-Candelario, en el paraje de El Navazo. A los dos años, el Plan de la Diputación Provincial recoge la construcción de una carretera por dicho camino. En febrero de 1926, tras el ofrecimiento del Ayuntamiento del veinte por ciento del importe de la obra, unas 4.481,29 pesetas, la Diputación concede una subvención de las 19.468,54 pesetas restantes. En marzo de 1927 se inician las obras y en julio pueden circular coches. Para suavizar la fuerte pendiente en el entronque con la carretera Béjar-Candelario, se alarga un poco en dirección a esta última población.


CARRETERA DE BÉJAR-CIUDAD RODRIGO A FUENTEBUENA

En un pleno del Ayuntamiento, en 1907, el concejal de Policía reclama al peón caminero que está trabajando en el camino de Fuentebuena para que componga otros de los alrededores de Béjar. En 1911 se aprueba una subvención de cuatro mil cuatrocientas pesetas para su construcción.


CARRETERA DE BÉJAR A LAGUNILLA

En mayo de 1909 dan comienzo los trabajos para la construcción del camino vecinal. Las obras están dirigidas por don Valentín Brusi de cuya pericia, celo y actividad tiene dadas muestras patentes. Dicen que no faltará dinero, y por tanto, que no se suspenderán los trabajos hasta darlos por terminados.


CARRETERA DE SALAMANCA-CÁCERES A PALOMARES

En 1910 se acuerda construir una carretera desde la de Salamanca-Cáceres a Palomares que importa cien pesetas. En el Plan Provincial de Obras, correspondiente al bienio 1972-1973, se incluyen mejoras con un presupuesto de 841.466 pesetas. Su longitud es de 440 metros.


CARRETERA DE NAVACARROS A CANDELARIO

El Ministerio de Fomento, en 1911, dispone que la obra se realice por el sistema de administración. La carretera es de 6.275 m. de longitud. Se concluye en julio de 1912.


CARRETERA DE SOLANA DE BÉJAR A ÁVILA-PLASENCIA

En 1914, por el sistema de administración, conceden 33.771,20 pesetas para poder realizar esta carretera. Un año más tarde, gracias a las gestiones realizadas por el secretario del Ayuntamiento de Solana de Béjar - Solana de Ávila en la actualidad -, don Vicente Sánchez, se construye.


CARRETERA DE BÉJAR A SOTOSERRANO

En 1922 se aprueba un presupuesto para realizar las obras.


CARRETERA DE BÉJAR A VALDELACASA

El Ministerio de Fomento, en 1922, concede un crédito para su construcción.


CARRETERA DE EL CASTAÑAR A LLANO ALTO

La aprobación de la proyectada carretera de El Castañar a Llano Alto se realiza en octubre de 1931, por un presupuesto de 19.971,97 pesetas. En marzo del año siguiente, siendo alcalde don Manuel F. Crespo, se subastan las obras en forma de destajo. Son adjudicas a don Rafael Álvarez Sánchez.


CARRETERA DE BÉJAR A EL TOMILLAR

En agosto de 1933 se inician las obras para construir la carretera que ha de atravesar el parque que allí se hará. Para su repoblación, don Emilio Muñoz dona cinco mil pesetas al Instituto Forestal de Investigaciones.


CARRETERA DE SALAMANCA-CÁCERES A BÉJAR-CIUDAD RODRIGO

La Agrupación de Fabricantes de Béjar, en febrero de 1945, propone al Ayuntamiento que realice las gestiones necesarias para unir el lugar conocido por Puerta Baja del Bosque con el Puente Viejo.


CARRETERA DE LLANO ALTO A LA PEÑA DE LA CRUZ

Desde abril de 1970 se puede acceder por un camino carretero desde Llano Alto al paraje de la Peña de la Cruz, gracias al esfuerzo individual del guarda forestal don Juan Castellano Castellano. Es de unos tres kilómetros de longitud.


CARRETERA DE BAÑOS A MONTEMAYOR A CANDELARIO

En 1971, sólo el tramo de Baños de Montemayor hasta el límite de provincia de Salamanca se encuentra adecuado para el tráfico rodado. En 1976, la Diputación de Salamanca aprueba un plan, al que destina doscientos cuarenta millones de pesetas para acondicionar y reparar varias carreteras provinciales, en el que se encuentra el tramo de 7,27 kilómetros restantes pertenecientes a la provincia de Salamanca. Este tramo de la carretera se construye en 1978.


CARRETERA DE CANDELARIO A EL TRAVIESO

En la Sierra de Béjar, en 1970, para ascender desde Candelario al Rincón del Pelado, aprovechando una pista forestal, la Diputación de Salamanca construye una carretera que desemboca en una plataforma donde se proyecta construir un albergue-residencia. El alcalde es don Cecilio Herreros Uceda. La carretera permite poder celebrar, en enero de 1973, la prueba inaugural de esquí “Sierra de Béjar”. Su longitud es de 10.640 metros.


CARRETERA DE LA HOYA A LA ESTACIÓN DE ESQUÍ SIERRA DE BÉJAR LA COVATILLA

La carretera desde La Hoya al paraje de la Cobatilla18 se construye por una pista térrea realizada por un centenar de montañeros, bajo la orientación de don Jaime Carmona y de don Juan Bautista Bonnail. Entre los principales impulsores se encuentra don José Enrique Rodríguez Martín - Pepe Rodríguez - y don Lorenzo González Bonnail. Hay también que resaltar las gestiones realizadas por la comisión pro-accesos a La Covatilla y los donativos recibidos. Se inaugura en octubre de 1977. Tiene una longitud de 9.540 metros. En la actualidad, la carretera da acceso a una estación de esquí inaugurada en febrero de 2002.



NOTAS



6 - La reina Isabel II, de acuerdo con el dictamen de su real consejo de instrucción pública, en marzo de 1852, se digna a conceder a la comisión superior de instrucción primaria de la provincia de Salamanca la autorización necesaria para acuñar una moneda de oro de valor de 700 reales, en honor al Ayuntamiento de Béjar, por los servicios que ha hecho a la enseñanza y el brillante estado a que la ha elevado; previniendo S. M. que se exprese así en la leyenda. La medalla debe ser presentada al Ayuntamiento con la solemnidad que dicha comisión creyere conveniente y se tiene que hacer pública esta demostración en la Gaceta y demás papeles oficiales para satisfacción de aquel cuerpo municipal, y ejemplo y estímulo de los demás del reino.

7 - Se sobrepasaba el Tormes por un puente que se remonta a la época de los Reyes Católicos, quienes, en 1499, conceden un presupuesto para la construcción de puentes en la provincia de Salamanca. Tiene un total de doce arcos de medio punto, la fábrica es de sillería, excepto la torre y uno de sus seis tajamares. En 1879, año en el que se construye el nuevo, es propiedad del Duque de Alba. En la actualidad hay opiniones contradictorias relacionadas con el estado de conservación.

8 - El puente de madera tiene seis arcos de noventa pies de luz y nueve de flecha.

9 - Don José Ignacio Díez Elcuaz en su artículo Puentes del río Cuerpo de Hombre publicado en la Revista de Fiestas y Ferias de 2007, editado por la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Béjar, especifica: En 1842 para salvar el río a la altura del llamado Vado de Arriba, se proyectó la construcción del Puente Nuevo de la Corredera, concluyéndose en 1861.

10 - En el año 1902, tan mal se encuentra el pavimento de la carretera de Béjar hasta la estación del ferrocarril que don José Rodríguez Yagüe - dueño de La Fabril Militar - está dispuesto de rellenar por su cuenta los trozos que lo necesiten, siempre que el Ayuntamiento le designe el sitio de donde extraer la tierra. El Ayuntamiento, en 1908, concede permiso a este señor para obtener piedra de una propiedad suya, próxima al camino de Cantagallo, para emplearla en el arreglo del mismo.

El alumbrado desde Béjar a la estación del ferrocarril se instala en enero de 1907.

11 - Durante la obra se desvía el tráfico en las diferentes zonas de su ejecución, que se van anunciando mediante la publicación de edictos:

“Don Manuel F. Crespo, alcalde de la República en la ciudad de Béjar, hace saber: Que el día 18 del actual comenzarán los trabajos de adoquinado en la carretera de Salamanca a Cáceres, en el tramo comprendido desde el Puente Nuevo hasta el Fielato de la Corredera, por lo que el tránsito rodado, mientras dura la ejecución de estos trabajos, será desviado hacia la carretera de Béjar a Ciudad Rodrigo, atravesando por la calle Libertad hasta el estanco de la Corredera, con dirección a dicho Fielato, cuyo trayecto será indicado por medio de las correspondientes flechas, que serán colocadas oportunamente. Lo que se hace público para general conocimiento. Dado en Béjar a 11 de mayo de 1931. Manuel F. Crespo”.

Algunas de las calles de Béjar ya se encontraban adoquinadas. En febrero de 1899, la comisión municipal de Obras informa que la subasta del adoquinado central de la calle Colón se adjudica a don Pablo Díaz en la cantidad de 0,75 pesetas metro lineal, también comunica que va a citar a los dueños de los carruajes que suelen transitar por esta calle para pedirles su concurso para las reparaciones. Se intenta suprimir la circulación de carros desde la Fuente de la Mosca. En 1902 se implanta un impuesto por el deterioro de las vías públicas, cada caballería mayor cargada con leña o paja, cinco céntimos de peseta y la menor, tres céntimos y cada carro de leña picada para cocinas económicas o de cantería, una peseta. El impuesto por circulación se había iniciado en 1868, cobrando un real por cada caballería que tire de un carro y dos reales por carro de reses vacunas, están libres del impuesto los que se encuentren de tránsito.

12 - En noviembre de 1937 se acuerda cambiar algunos de los nombres de las calles. Avenida de la República por Avenida del Ejército. Plaza de la Corredera por Plaza de España. Calle de la Libertad por Calle del Generalísimo Franco. Ronda de Barnés por Ronda de Navarra. Calle del 14 de Abril por Calle del 18 de Julio de 1936. Calle de Pablo Iglesias por calle de Alojería. Calle de Villalobos por Calle del General Mola. Calle de Aída de la Fuente por Calle de Olleros. La plazuela que está frente a los Padres Salesianos, que no tiene nombre, se llamará Plazuela de San Juan Bosco.

Domingo Barnés Salinas (Sevilla, 1879 - Méjico, 1940) fue catedrático y político. Miembro de Izquierda Republicana en las elecciones de 1931, obtuvo un escaño por la circunscripción de Ávila. Ocupó la cartera de ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1933 y 1936, posteriormente fue cónsul en Argel y Gibraltar.
Aída de la Fuente Penaos (León, 1915 - Oviedo, 1934) fue una militante comunista asturiana. Entregó su vida durante la fracasada intentona revolucionaria contra la República, es conocida como la Rosa Roja de Asturias.
13 – El 4 de junio de 2010, el Ministerio de Fomento ha puesto en servicio el tramo de la autovía A-66, de Béjar al límite de provincia de Cáceres, de ocho kilómetros con trescientos metros de longitud. La principal construcción de este tramo es un viaducto sobre el río Cuerpo de Hombre de quinientos ochenta metros. El tramo ha importado treinta y cinco millones de euros.
14 - El primer tramo de la carretera Béjar-El Barco de Ávila está comprendido entre la carretera Salamanca-Cáceres hasta el puerto de La Hoya, con una longitud de 5.611,86 m. El movimiento de tierras que se realiza es de 35.886 metros cúbicos en desmonte y 22.615 en terraplén.

15 - El Director General de Obras Públicas, en 1903, manifiesta a don José Rodríguez Yagüe y a don Nicolás Oliva, que ha tomado nota de sus indicaciones referentes a las carreteras que conviene construir desde la estación del ferrocarril a la de Béjar-Ciudad Rodrigo y desde El Castañar a la de Béjar-Candelario y que tendrá en cuenta en tiempo oportuno.

16 - Don Benito Guitart indica el trazado que debe tener la carretera de El Castañar, también sugiere la construcción de un gran hotel en este paraje. Durante varios años, a partir de 1893, desempeña la función de arquitecto municipal de Béjar. En 1934, en el periódico Béjar en Madrid apunta una idea suya para poder dar ensanche a Béjar:

Proyecto y construcción de un viaducto que desde la Plaza, tomando próximamente la línea de la fachada lateral de la iglesia del Salvador, derribando para acceso al mismo, la menor cantidad de soportales y casas de la Plaza, solo las necesarias del ancho del viaducto, atravesando el río Cuerpo de Hombre, si es posible, al nivel de la misma Plaza, vaya a la orilla opuesta en dirección a la carretera de Sequeros que quedaría a más abajo nivel, con lo que podría enlazarse por medio de calles sensiblemente paralelas a la calle Mayor y a una distancia adecuada del desembarque del viaducto; trazadas estas calles a derecha e izquierda del mismo, con pendiente suave para buscar el nivel de dicha carretera por ambos extremos, completado el todo con el estudio de calles secundarias.

Como puede fácilmente comprenderse, la orientación de este ensanche sería la misma del actual Béjar con fachadas al mediodía y con las mismas vistas a la sierra de que disfrutan hoy desde sus casas.

Esta obra no es una obra municipal, sino del Estado, y como las ocasiones hay que aprovecharlas, os recordaré que todos los bejaranos tenéis un gran amigo en el Ministerio actual, y si le pedís apoyo para vuestros deseos e intereses generales de la población, no podrá negarse a iniciar y procurar se lleve a la práctica esta idea, si es que os parece acertada y ponéis igual empeño como con la que lancé hace más de cuarenta años y llegasteis a realizar a fuerza de tesón y voluntad.

Un resumen de la trayectoria profesional de don Benito Guitart se encuentra publicada en la Revista de Ferias y Fiestas de Béjar de 2010, editada por la Cámara de Comercio e Industria de Béjar, en el artículo Benito Guitart Trulls, un arquitecto catalán en el Béjar de hace cien años, realizado por el Historiador del Arte, don Roberto Domínguez y el Profesor de Ingeniería, don Javier R. Sánchez.

17 - Durante las obras, los obreros, don Juan Fernández, don Benito de la Rosa y don José Martínez Rodel, encuentran enterrados varios vasos funerarios con inscripciones cabalísticas de la época ibérica que entregan a don Juan Muñoz García para su estudio.

18 - Cuando se refiere al paraje, el nombre original es Cobatilla. El lugar donde la sociedad alpina construye el refugio de montaña se denomina Cimera de la Cobatilla.

Mañana (28 de agosto de 1932) celebrará la Sociedad Alpina de nuestra ciudad, una excursión a la Cimera de la Cobatilla, con el fin de inaugurar oficialmente el refugio de montaña que dicha sociedad ha construido en aquel lugar. Hasta la Hoya se irá en autobús, saliendo los excursionistas a la siete de la mañana del Garaje Honorio; desde La Hoya, la excursión se verificará en mulos. Será una excursión muy pintoresca, por el número de montañeros que subirá a la sierra; unos 60. Bendecirá el nuevo refugio el sacerdote montañero don Felipe Amador Yuste, y la Junta Directiva obsequiará a los socios asistentes con cervezas heladas y pastas. ¡Ah, y habrá también cohetes para celebrar con ruido la inauguración!

El proyecto del refugio es del arquitecto don José Delgado Úbeda, director de la revista Peñalara y sus constructores son don Manuel Alonso Redondo y don Florencio Gutierrez, de nuestra Ciudad.




BÉJAR EN MADRID. Las carreteras y el camino de hierro de Béjar. Publicado en el Especial de Navidad de 2010. JAM-BÉJAR.