- PALACIO DEL PRÍNCIPE DE ANGLONA
Este palacio y su jardín se hallan en la calle de Segovia, junto al viaducto de la calle de Bailén y cercano al Palacio Real.
Está construido en el año 1530 para don Francisco de Vargas, consejero de los Reyes Católicos y de Carlos I. En 1605 lo adquiere don Álvaro de Benavides. En 1637 pasa a pertenecer a los condes de Benavente. En el plano de Texeira sólo aparece señalada su probable ubicación.
En 1761 don Nicolás Chalmandrier diseña el jardín y una pequeña parte del palacio.
En él reside don Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pimentel, Príncipe de Anglona, antes de contraer matrimonio con doña María Josefa de la Soledad Alfonso-Pimentel, duquesa de Béjar; la boda se celebra en una capilla de este palacio. El matrimonio no tarda en trasladarse al palacio de Leganitos, pues cinco años más tarde lo alquilan al Consejo de Guerra.
En 1802 le acondicionan para ser la residencia de su primogénito don Francisco de Borja al contraer matrimonio con doña María Francisca.
El palacio con su jardín se abandona a principios del siglo XX, siendo rehabilitados en 1987. En la actualidad, el palacio se ha adecuado para restaurante y el jardín pertenece al Ayuntamiento y desde el 2002 se abre, en teoría, al público.
- PALACIO DE LA CALLE LEGANITOS
En el plano de Texeira no está representado el palacio, pero sí en el del grabador francés Nicolás Chalmandrier del año 1761 que le sitúa entre la calle alta de Leganitos y la calle de las Minillas. En otra cartografía, la realizada por don Tomás López, en 1785, se muestra todo el conjunto, una casa - palacio con extensos jardines.
Desde 1626 se tienen noticias de las diferentes ampliaciones que realiza el Duque de Osuna (1).
En este palacio vive la reina Isabel de Farnesio cuando enviuda de Felipe V y también en él nace don Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco en 1755.
A partir de 1760, la decoración del palacio se adapta al nuevo gusto francés. En 1777 se le tasa en un millón ochenta y siete mil reales de vellón.
En 1789, los duques de Béjar, doña María Josefa y don Pedro, celebran una gran fiesta en honor a Carlos IV y a su esposa, doña Maria Luisa de Parma. Para sustituir la presencia física de los soberanos en el evento, don Francisco de Goya pinta dos retratos de los monarcas, que se exponen en el vestíbulo del palacio.
El palacio, con su capilla pública, se habilita para convento de los Franciscanos Descalzos Concepcionistas y más tarde para sede de los misioneros de San Vicente de Paul, que residen en ella hasta el año 1868. A finales del siglo XIX, pasa a ser propiedad del Duque de Pastrana e Infantado. El palacio y la capilla se demuelen para la ordenación de la Plaza de España, en su solar se erige la Torre de Madrid y el edificio adyacente de la calle de la Princesa.
En la actualidad, la denominada calle del Duque de Osuna, situada al inicio de la calle de la Princesa, nos recuerda la existencia del palacio de la calle de Leganitos.
Este palacio y su jardín se hallan en la calle de Segovia, junto al viaducto de la calle de Bailén y cercano al Palacio Real.
Está construido en el año 1530 para don Francisco de Vargas, consejero de los Reyes Católicos y de Carlos I. En 1605 lo adquiere don Álvaro de Benavides. En 1637 pasa a pertenecer a los condes de Benavente. En el plano de Texeira sólo aparece señalada su probable ubicación.
En 1761 don Nicolás Chalmandrier diseña el jardín y una pequeña parte del palacio.
En él reside don Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pimentel, Príncipe de Anglona, antes de contraer matrimonio con doña María Josefa de la Soledad Alfonso-Pimentel, duquesa de Béjar; la boda se celebra en una capilla de este palacio. El matrimonio no tarda en trasladarse al palacio de Leganitos, pues cinco años más tarde lo alquilan al Consejo de Guerra.
En 1802 le acondicionan para ser la residencia de su primogénito don Francisco de Borja al contraer matrimonio con doña María Francisca.
El palacio con su jardín se abandona a principios del siglo XX, siendo rehabilitados en 1987. En la actualidad, el palacio se ha adecuado para restaurante y el jardín pertenece al Ayuntamiento y desde el 2002 se abre, en teoría, al público.
- PALACIO DE LA CALLE LEGANITOS
En el plano de Texeira no está representado el palacio, pero sí en el del grabador francés Nicolás Chalmandrier del año 1761 que le sitúa entre la calle alta de Leganitos y la calle de las Minillas. En otra cartografía, la realizada por don Tomás López, en 1785, se muestra todo el conjunto, una casa - palacio con extensos jardines.
Desde 1626 se tienen noticias de las diferentes ampliaciones que realiza el Duque de Osuna (1).
En este palacio vive la reina Isabel de Farnesio cuando enviuda de Felipe V y también en él nace don Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco en 1755.
A partir de 1760, la decoración del palacio se adapta al nuevo gusto francés. En 1777 se le tasa en un millón ochenta y siete mil reales de vellón.
En 1789, los duques de Béjar, doña María Josefa y don Pedro, celebran una gran fiesta en honor a Carlos IV y a su esposa, doña Maria Luisa de Parma. Para sustituir la presencia física de los soberanos en el evento, don Francisco de Goya pinta dos retratos de los monarcas, que se exponen en el vestíbulo del palacio.
El palacio, con su capilla pública, se habilita para convento de los Franciscanos Descalzos Concepcionistas y más tarde para sede de los misioneros de San Vicente de Paul, que residen en ella hasta el año 1868. A finales del siglo XIX, pasa a ser propiedad del Duque de Pastrana e Infantado. El palacio y la capilla se demuelen para la ordenación de la Plaza de España, en su solar se erige la Torre de Madrid y el edificio adyacente de la calle de la Princesa.
En la actualidad, la denominada calle del Duque de Osuna, situada al inicio de la calle de la Princesa, nos recuerda la existencia del palacio de la calle de Leganitos.
(1) - En año 1678, la Junta de Fuentes - organismo encargado del suministro y calidad del agua - le garantiza el suministro de agua para las casas que tiene el duque más arriba del Puente de Leganitos, en la calle de las Minas. Abona setecientos cincuenta ducados por esta diligencia. AHN. Nobleza, Osuna, legajo 37-3. El Duque de Osuna, en 1686, amplia su propiedad con la compra de unas casas colindantes. AHN Nobleza, Osuna, legajo 37-3.
En la villa de Madrid - a mediados del siglo XVIII - con el fin de obtener un conocimiento de la realidad urbana y poder realizar una mejor tasación de la renta catastral, modernizando el antiguo derecho regio medieval de “regalía de aposento” - que daría lugar a las “casas a la malacia” - se procede a levantar un plano y a enumerar las manzanas de casas - con anterioridad denominadas cuarteles - y las casas correspondientes a cada una de ellas. Con los datos obtenidos se realiza la Planimetría General de Madrid. Se inspeccionan quinientas cincuenta y siete manzanas y siete mil quinientas cincuenta y tres casas. Tanto en las manzanas como en las casas se coloca un azulejo en sus fachadas en el que indica el número de orden correspondiente. En los azulejos que indican las manzanas se encabezan con una pequeña cruz semejante a la paté y el texto: “VISITA GENERAL MANZANA Nº ...”. A la manzana donde el duque tiene el palacio, que es la última de las enumeradas, la definen: “Manzana que la circonvalan la Plazuela de los Afligidos, calle que vaja a Leganitos Prado nuevo sale por la Puerta de San Vicente, camino de la Florida y Cava de la Vacas, de buelta por el camino Nuevo i entruase por la Puerta de San Bernardino en la que se yncluiron las casas de los Excelentísimos Señores Príncipe Pío y Duque de Osuna y otros”. Archivo de la Villa, Sección 1ª, legajo 208-31.
En la villa de Madrid - a mediados del siglo XVIII - con el fin de obtener un conocimiento de la realidad urbana y poder realizar una mejor tasación de la renta catastral, modernizando el antiguo derecho regio medieval de “regalía de aposento” - que daría lugar a las “casas a la malacia” - se procede a levantar un plano y a enumerar las manzanas de casas - con anterioridad denominadas cuarteles - y las casas correspondientes a cada una de ellas. Con los datos obtenidos se realiza la Planimetría General de Madrid. Se inspeccionan quinientas cincuenta y siete manzanas y siete mil quinientas cincuenta y tres casas. Tanto en las manzanas como en las casas se coloca un azulejo en sus fachadas en el que indica el número de orden correspondiente. En los azulejos que indican las manzanas se encabezan con una pequeña cruz semejante a la paté y el texto: “VISITA GENERAL MANZANA Nº ...”. A la manzana donde el duque tiene el palacio, que es la última de las enumeradas, la definen: “Manzana que la circonvalan la Plazuela de los Afligidos, calle que vaja a Leganitos Prado nuevo sale por la Puerta de San Vicente, camino de la Florida y Cava de la Vacas, de buelta por el camino Nuevo i entruase por la Puerta de San Bernardino en la que se yncluiron las casas de los Excelentísimos Señores Príncipe Pío y Duque de Osuna y otros”. Archivo de la Villa, Sección 1ª, legajo 208-31.
- EL CAPRICHO DE LA ALAMEDA
Doña María Josefa y don Pedro, en 1778 arriendan al Conde de Priego unas casas y unas huertas. A los cinco años las adquieren y paga por ellas ciento veinte mil reales de vellón. La hacienda está situada a una legua y media al nordeste de Madrid, en el pueblo de La Alameda. Los duques amplían la propiedad llegando a tener unas ciento cincuenta hectáreas y crean un espacio original y personal que compite con los jardines más importantes de Europa. Se le conoce como el parque de El Capricho.
En 1835 se celebra la primera carrera de caballos en la entrada principal, considerado por tanto, como el primer hipódromo español.
Un paseo principal lleva directamente desde la entrada al palacio. El paseo se inicia con un espacio ajardinado en el que se sitúan dos columnas, denominadas Columnas de los Duelistas, separadas a la distancia reglamentaria para los duelos.
Siguiendo por el paseo, se encuentra un conjunto arquitectónico denominado la Exedra de los Emperadores, formado por bustos de emperadores romanos dispuestos en semicírculo que doña María Josefa manda traer de su palacio de Gandía, en el centro se erige un pedestal donde estaba colocado un busto de la duquesa y varias columnas y esfinges situadas a su alrededor. Antes de llegar al palacio hay un parterre con un estanque y la Fuente de los Delfines.
A la derecha del paseo principal se halla el invernadero, el laberinto con más de trescientos setenta metros lineales hasta su centro y el jardín de la Fuente de las Ranas.
El palacio (2) es un edificio de dos plantas de base cuadrada con cuatro torrecillas en sus esquinas, la fachada cuenta con columnas de granito de una sola pieza que soportan una coronación formada por una balaustrada con figuras de niños. Detrás de las columnas, se ornamenta con varios tondos donde se representan imágenes de la vida de Apolo.
El Capricho se complementa con varias construcciones, estanques y jardines, entre ellos, se destaca: El estanque de los Cisnes. El Abejero, único en el mundo para tal funcionalidad, es una construcción de base circular con dos accesos y sendas construcciones laterales separadas por cristales, desde el recinto circular se podía admirar, sin ningún temor, la laboriosidad de las abejas que se encontraban en los laterales. La columna de Saturno y la Rueda. El Fortín es una pequeña fortaleza rodeada de un foso donde se escenificaban hechos bélicos mediante soldados autómatas que con cañones disparaban balas de fogueo y donde también se realizaban batallas con fuegos artificiales. La Ruina es un conjunto ornamental figurativo de un pequeño castillo derruido. El Estanque de los Patos. Una zona juegos donde había instalado un evocador columpio (sería interesante que colocaran una réplica). La ría con un notable puente de hierro que puede ser el más antiguo de España construido con este metal. Un lago que dispone de embarcadero, conocido por la Casa de Cañas - por estar recubierto de cañas -, su decoración interior está realizada con trampantojos. En el centro del lago existe una isla donde se erige un monumento a don Pedro Téllez Girón (1574-1624), conocido como el Gran Duque de Osuna, virrey de Sicilia y Nápoles, cipo construido en 1838. Don Pedro es acusado injustamente de haber dilapidado el Tesoro Real y como consecuencia es aprehendido, estando preso en el castillo de La Alameda y en otros lugares, como en la casa del presidente del Consejo de Hacienda y fiscal del Consejo de Castilla, Gil Imón de la Mota, donde fallece en 1624.
“Faltar pudo su patria al grande Osuna,
Doña María Josefa y don Pedro, en 1778 arriendan al Conde de Priego unas casas y unas huertas. A los cinco años las adquieren y paga por ellas ciento veinte mil reales de vellón. La hacienda está situada a una legua y media al nordeste de Madrid, en el pueblo de La Alameda. Los duques amplían la propiedad llegando a tener unas ciento cincuenta hectáreas y crean un espacio original y personal que compite con los jardines más importantes de Europa. Se le conoce como el parque de El Capricho.
En 1835 se celebra la primera carrera de caballos en la entrada principal, considerado por tanto, como el primer hipódromo español.
Un paseo principal lleva directamente desde la entrada al palacio. El paseo se inicia con un espacio ajardinado en el que se sitúan dos columnas, denominadas Columnas de los Duelistas, separadas a la distancia reglamentaria para los duelos.
Siguiendo por el paseo, se encuentra un conjunto arquitectónico denominado la Exedra de los Emperadores, formado por bustos de emperadores romanos dispuestos en semicírculo que doña María Josefa manda traer de su palacio de Gandía, en el centro se erige un pedestal donde estaba colocado un busto de la duquesa y varias columnas y esfinges situadas a su alrededor. Antes de llegar al palacio hay un parterre con un estanque y la Fuente de los Delfines.
A la derecha del paseo principal se halla el invernadero, el laberinto con más de trescientos setenta metros lineales hasta su centro y el jardín de la Fuente de las Ranas.
El palacio (2) es un edificio de dos plantas de base cuadrada con cuatro torrecillas en sus esquinas, la fachada cuenta con columnas de granito de una sola pieza que soportan una coronación formada por una balaustrada con figuras de niños. Detrás de las columnas, se ornamenta con varios tondos donde se representan imágenes de la vida de Apolo.
El Capricho se complementa con varias construcciones, estanques y jardines, entre ellos, se destaca: El estanque de los Cisnes. El Abejero, único en el mundo para tal funcionalidad, es una construcción de base circular con dos accesos y sendas construcciones laterales separadas por cristales, desde el recinto circular se podía admirar, sin ningún temor, la laboriosidad de las abejas que se encontraban en los laterales. La columna de Saturno y la Rueda. El Fortín es una pequeña fortaleza rodeada de un foso donde se escenificaban hechos bélicos mediante soldados autómatas que con cañones disparaban balas de fogueo y donde también se realizaban batallas con fuegos artificiales. La Ruina es un conjunto ornamental figurativo de un pequeño castillo derruido. El Estanque de los Patos. Una zona juegos donde había instalado un evocador columpio (sería interesante que colocaran una réplica). La ría con un notable puente de hierro que puede ser el más antiguo de España construido con este metal. Un lago que dispone de embarcadero, conocido por la Casa de Cañas - por estar recubierto de cañas -, su decoración interior está realizada con trampantojos. En el centro del lago existe una isla donde se erige un monumento a don Pedro Téllez Girón (1574-1624), conocido como el Gran Duque de Osuna, virrey de Sicilia y Nápoles, cipo construido en 1838. Don Pedro es acusado injustamente de haber dilapidado el Tesoro Real y como consecuencia es aprehendido, estando preso en el castillo de La Alameda y en otros lugares, como en la casa del presidente del Consejo de Hacienda y fiscal del Consejo de Castilla, Gil Imón de la Mota, donde fallece en 1624.
“Faltar pudo su patria al grande Osuna,
Pero no a su defensa sus hazañas,
diéronle muerte y cárcel las Españas,
De quien él hizo esclava la fortuna.
Lloraron sus envidias una a una
Con las propias naciones las extrañas;
Su tumba son de Flandes las campañas,
y su epitafio la sangrienta Luna.” (3).
Siguiendo con el recorrido se encuentra el Casino de Baile, construido en 1815 y diseñado para que se pueda acceder con pequeñas embarcaciones desde el lago; desde el Casino se puede admirar el Jardín de Flores. La Casa de la Vieja imita una vieja construcción, tiene dos plantas, la superior está decorada con pinturas de estilo pompeyano y con trampantojos que recuerdan a una cocina rural, en la que había dos autómatas de ancianos y otra de un niño; la casa tenía un corral con gallinas y una huerta, en ellos los invitados vestidos de labriegos jugaban realizando las labores propias del campo. Y por último la Ermita, donde llegan a vivir varios ermitaños, entre ellos fray Arsenio, que está veintiséis años, su cuerpo se encuentra enterrado junto a ella y fray Eusebio; en 1816 se coloca un autómata que representa a un ermitaño.
Durante la invasión francesa, el gobierno francés destina El Capricho a residencia del general Agustín Beliard. En esta época se producen considerables daños en la propiedad. Después de la invasión, ya con Fernando VII instaurado en el trono, regresa la duquesa a El Capricho y puede recuperar la mayoría de sus bienes. Doña María Josefa manda repoblar el parque, construir el Casino de Baile y algunas casas rústicas y puentes de madera que ya no existen en la actualidad.
A la muerte de doña María Josefa, en 1834, El Capricho se tasa en novecientos ochenta y tres mil reales de vellón.
En 1932 es declarado “Jardín Artístico”.
Durante la Guerra Civil se instala el cuartel del Ejército de Centro, comandado por el general Miaja, defensor del bando republicano. De esta época es el refugio subterráneo construido junto al palacio y cuyos respiraderos emergen en sus alrededores. En 1936 cae accidentalmente un avión de correos en el Laberinto.
Desde que la familia Bauer adquiere El Capricho en 1896, pasa por diferentes propietarios, entre los que se encuentra una inmobiliaria - que en 1945 quiere edificar un hotel -, una entidad bancaria, un noble, un industrial de electrodomésticos y un adinerado mejicano, el cual, en 1974 lo vende al Ayuntamiento de Madrid.
En 1985 es declarado “Bien de Interés Cultural” y un año más tarde se comienza la rehabilitación, en ella participa una escuela taller, el INEM y el Fondo Social Europeo con una pequeña contribución.
En la actualidad ocupa catorce hectáreas. Sólo se puede visitar los fines de semana y los días festivos, siendo el aforo de mil personas.
Como curiosidad, en sus jardines se ruedan escenas de la película del Doctor Zhivago.
Anejos al parque se encuentra la Casa de Oficios que alberga dependencias municipales y el Olivar de la Hinojosa que forma parte del parque Juan Carlos I, ambos formaban parte de El Capricho.
¡Don Mariano, de momento, tanto “El Bosque” como “El Capricho” se han librado de inmobiliarias que construyan chalés aislados, adosados, pareados... y de organismos oficiales que instalen paradores nacionales o posadas reales!, dejándonos imaginar que en los albores del siglo XXI, tu espíritu se puede pasear junto a todos los que - amantes de la historia - se acerquen a estos deliciosos parajes.
Durante la invasión francesa, el gobierno francés destina El Capricho a residencia del general Agustín Beliard. En esta época se producen considerables daños en la propiedad. Después de la invasión, ya con Fernando VII instaurado en el trono, regresa la duquesa a El Capricho y puede recuperar la mayoría de sus bienes. Doña María Josefa manda repoblar el parque, construir el Casino de Baile y algunas casas rústicas y puentes de madera que ya no existen en la actualidad.
A la muerte de doña María Josefa, en 1834, El Capricho se tasa en novecientos ochenta y tres mil reales de vellón.
En 1932 es declarado “Jardín Artístico”.
Durante la Guerra Civil se instala el cuartel del Ejército de Centro, comandado por el general Miaja, defensor del bando republicano. De esta época es el refugio subterráneo construido junto al palacio y cuyos respiraderos emergen en sus alrededores. En 1936 cae accidentalmente un avión de correos en el Laberinto.
Desde que la familia Bauer adquiere El Capricho en 1896, pasa por diferentes propietarios, entre los que se encuentra una inmobiliaria - que en 1945 quiere edificar un hotel -, una entidad bancaria, un noble, un industrial de electrodomésticos y un adinerado mejicano, el cual, en 1974 lo vende al Ayuntamiento de Madrid.
En 1985 es declarado “Bien de Interés Cultural” y un año más tarde se comienza la rehabilitación, en ella participa una escuela taller, el INEM y el Fondo Social Europeo con una pequeña contribución.
En la actualidad ocupa catorce hectáreas. Sólo se puede visitar los fines de semana y los días festivos, siendo el aforo de mil personas.
Como curiosidad, en sus jardines se ruedan escenas de la película del Doctor Zhivago.
Anejos al parque se encuentra la Casa de Oficios que alberga dependencias municipales y el Olivar de la Hinojosa que forma parte del parque Juan Carlos I, ambos formaban parte de El Capricho.
¡Don Mariano, de momento, tanto “El Bosque” como “El Capricho” se han librado de inmobiliarias que construyan chalés aislados, adosados, pareados... y de organismos oficiales que instalen paradores nacionales o posadas reales!, dejándonos imaginar que en los albores del siglo XXI, tu espíritu se puede pasear junto a todos los que - amantes de la historia - se acerquen a estos deliciosos parajes.
(2) - Los duques encargan varios cuadros a don Francisco de Goya, casi todos para la decoración del palacio de El Capricho: “Un apartado de toros”, “Una procesión en la aldea”, “La conducción de una piedra”, “La cucaña”, “El columpio”, “La caída” y “Asalto al coche”; por estas siete obras los duques pagan diecinueve mil reales al pintor. Además, le mandan realizar veinticuatro cuadros: dos retratos individuales de los duques, un retrato de los tres hijos menores, un retrato familiar, dos escenas de la vida de San Francisco de Borja (capilla de los Borja en la catedral de Valencia), un retrato de Carlos IV, un retrato de doña María Luisa de Parma, un retrato del general don José de Urrutia y otro del marqués de la Peña (ambos compañeros de armas del duque), un retrato del duque (Frik Collecttion en Nueva York) y una serie de seis cuadros de la serie “Asuntos de brujas”, (“Vuelo de brujas”, “El conjuro”, “El aquelarre”, “La cocina de los brujos”, “El hechizado por la fuerza” y “El convidado de piedra”) por los que, en 1798, abonan al pintor seis mil reales. Para el gabinete de doña María Josefa, le solicitan: “La pradera de San Isidro”, cuatro cuadros representando las estaciones del año y otros dos con escenas campestres, por estas siete pinturas, en 1799, pagan diez mil reales.
(3) - Son dos cuartetos del soneto “Memoria Inmortal de don Pedro Girón, Duque de Osuna”, escrito por don Francisco de Quevedo y dedicado al Duque de Osuna.
BÉJAR EN MADRID. Publicado en el Especial de Navidad de 2008. Los Duques de Béjar en Madrid. JAM-BÉJAR.