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19 jun 2017

Cuando sacan la tarasca.




CUANDO SACAN LA TARASCA
Por Jam-Béjar.


Hasta el s. XVII, la cultura en los pueblos se conserva prácticamente intacta, al ser éstos, núcleos de convivencia a los que no llega la influencia del estado y de la religión oficial. Gradualmente se va extendiendo un modelo cultural, único para todos, que utiliza las representaciones populares para realzar la jerarquía, en las que se incluyen aspectos propios de la zona, que las caracteriza. Posteriormente, la jerarquía eclesiástica, con prohibiciones sucesivas, intenta separar la fiesta popular (bailes, juegos, mascaradas, etc.) de las procesiones protocolarias.



No es extraño encontrar poblaciones que integran elementos profanos en sus actos procesionales, como es el caso de la Tarasca. Este artilugio es una especie de monstruo con armazón de madera, provisto de ruedas que se conduce desde su interior. En muchas ocasiones sobre sus lomos porta una figura femenina con aspecto malvado, luciferino, mahometano,... que desvaloriza a la mujer y que varía según dicte la cultura oficial. Persigue a los niños para asustarlos, pero no para hacerles mal. Muchas localidades españolas conservaban su propia Tarasca, mientras otras la renovaban cada año.



El concilio toledano del año 1.473 prohibió la entrada en las iglesias de los juegos frecuentes... consistentes en aparatos teatrales, máscaras, monstruos, tramoyas, poesías poco honestas y sermones jocosos, todo lo cual perturba la gravedad de los oficios divinos y hace indevoto al pueblo.



La Tarasca y los gigantones se prohibieron oficialmente en las procesiones de Madrid en 1.772 y en el resto del reino, el día 21 de junio de 1.780. Actualmente y tras periodos muy específicos, todavía se pueden ver en Toledo, Granada, Barcelona, Segovia, Sevilla,...



En Toledo, la Tarasca, los gigantones y cabezudos que preceden a la Procesión, son propiedad de la Catedral y en la actualidad el Ayuntamiento y la Junta Pro-Corpus se encargan del desfile festivo-profano.



La Tarasca toledana tiene cuerpo de galápago, alas de vampiro y cabeza de serpiente, que estira su largo cuello arrojando humo y agua por los orificios nasales y que abre sus fauces dando tarascadas. A sus lomos cabalga la Tarasquilla, conocida por Ana Bolena, (causante del cisma anglicano de Enrique VIII de Inglaterra con la iglesia de Roma). Se guarda en el claustro de la Catedral y no la sacan en la Procesión desde el año1.964, debido a su mal estado de conservación. La actual Tarasca, fiel réplica de la anterior, data del año 1.985.



Los actuales gigantones fueron adquiridos en Barcelona en el año 1.775, cuando Lorenzana regía la diócesis primada y fueron rescatados del abandono y de la desidia por la Junta Pro-Corpus en 1.985. Los acompañan  doce pajes que apartan al público. Antiguos gremios con procedencia medieval costean su desfile, el actual Gremio de Hortelanos ha sustituido al de Tundidores que de ellos se encargaban.



Ya no desfilan los conocidos caballitos, niños metidos en caballos de cartón que estaban revestidos con vistosos trajes. Rodeaban a estos personajes varios pajes ataviados con jubones, que portaban vejigas hinchadas, con piedrecitas en su interior, con las que golpeaban a los espectadores del profano desfile.



En Granada, después de tres décadas de olvido, la Tarasca acompañada de gigantes y cabezudos, participa en la celebración laica del Corpus. Parte desde la Caseta Municipal del Ferial y recorre las calles para la satisfacción de miles de granadinos.



Barcelona en el año 1.993, construye una nueva Tarasca que recorre las calles el día de la celebración del Corpus, de Santa Eulalia,  de La Merced y en fiestas populares.



La Tarasca llega a América a través de los españoles, siendo integrada en la vida urbana dentro de las fiestas del Corpus, Santiago, patronales y carnavales.



En países como Colombia, los misioneros hacían desfilar la Tarasca en grandes festividades, principalmente en  la procesión del Corpus Christi, para demostrar a los penitentes los peligros de la gula, naciendo la expresión: Comes más que una tarasca. Junto a ella, no faltan toldos con fritangas; venta de chicha; juegos de suerte y de cañas; riñas y carreras de gallos; los gigantes; juegos de bolos; bisbís; toros de rejón por las calles; la vacaloca con los cuernos encendidos; fuegos artificiales; bailes a los sones de flautas y tambores; mojigangas; alcancías; estafermos; encamisadas; sortijas; mascaradas; disfraces;  teatro representado al aire libre...



En Venezuela, las Tarascas, gigantes y dragones huían ante la Custodia, simbolizando el vencimiento del mal. Danzaban muchachas mulatas e indias para el regocijo de los vecinos, hasta su prohibición en el año 1.687.



Para la celebración de la procesión del Corpus en BÉJAR en los siglos XVI y XVII, el Corregidor, manda asear las calles y de antemano previene la compostura de algún paso malo en toda la carrera. La Villa nombra el Regidor del Estado llano, a quien le toque salir con el estandarte del Ayuntamiento y previene de dos hombres que le acompañan vestidos enteramente de moho.



Los hombres de moho, en memoria de que con este vestido se disfrazaron los Soldados Cristianos, cuando ganaron a los Moros esta población, que poseían desde el año 721...,  se visten muchos paisanos de aquella tez gruesa de hierba que crían las peñas llenas de humedad que en el País llamamos moho, conque parecieron fieras y monstruos y los llenó de horror y miedo llevando las armas ocultas, quedó la costumbre usar de este traje en ciertos días determinados para divertirse el pueblo y recordar el hecho que se celebre por los vecinos como digno a su restauración y libertad de la opresión que padecieron bajo el yugo de los Sarracenos. Después se entabló salir una campaña en la procesión del Corpus vistiéndose así los vecinos.(...)



En el año 1.600 se encausó a Juan y Antonio Muñoz, porque yendo con hachas de cera alumbrando a San Blas, las arrimaron a los que iban vestidos de moho, empezaron a arder todos y con el fuego y el humo se sofocaron y padecieron mucho, fueron presos y desterrados y habiendo quebrantado el destierro, fueron puestos en presidio. Entonces eran 30 las personas que vestían con este traje, en forma de una compañía con unas mazas muy grandes y en su extremo una punta de lanza, como el asta, con moho.(...)



En 1.641 el vecino de Béjar, Alonso Hernández Furco, suplicó al Señor Duque don Alonso II, porque sufría un proceso al haber dado fuego a Francisco Gentil que iba vestido de moho en la procesión. (...) (A.H.N. Osuna, Béjar, legajo 269).



También manda el Corregidor que todos los vecinos de Béjar y comarca, que no pasen de 60 años, acudan con sus armas a la Procesión, sólo la enfermedad era motivo de excusar la ausencia.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      
El alguacil mayor previene una danza a su costa, que les toca llevar en la procesión y para soportar sus gastos le tienen los Duques cedidos los derechos llamados de la Martiniegas de Colmenas que cobra a los forasteros que las traen en verano a ciertos sitios de los montes de esta Tierra, según ajusta con cada uno a proporción de los enjambres (150 reales). Previene también a los carpinteros para formar la trabuca, a los molineros para el coro de niños que llevan las insignias de San Pedro, San Pablo y Santiago. Los Mercaderes, el Gremio de Zapateros y Oficiales que hagan los Arcos triunfales donde a cada uno corresponde. Y a los escribanos que juntos vayan alumbrando con hachas a su Majestad. Previene los puestos  y sitios a las personas que traen sus géneros a venta en la feria, para que no ocupen y estorben el paso y carrera de la Procesión. (A.H.N. Osuna, Béjar, legajo 269).



El pueblo de Béjar y sus duques adquirieron en el año 1.590 unos Gigantes; posteriormente, en 1.596, el duque don Francisco III costeó ocho Gigantes de cinco varas de alto (4,20 m), para sacarlos en la Procesión, los cuales se fueron reparando hasta que en 1.712 se destruyeron en un regocijo público. La Tarasca y otras figuras que salían en la Procesión, se estropearon por tratarlas mal los que las llevaban. Ocurrió lo mismo con un órgano de ruedas y una torre con muchas campanitas de música, que había regalado el duque don Francisco II.



Un guión de plata, (que lo portará el alcaide del Palacio) y otro dorado (que lo llevará el criado mayor de los duques) fueron donados por la Casa Ducal. El segundo guión, duró hasta el año 1.748, que por estar ya deslucido y no haberlo reemplazado la señora duquesa Doña Mariana de Borja. Dicha duquesa envió uno nuevo, en el año 1.768, de terciopelo carmesí bordado en oro y plata. El orden de la situación de los guiones ducales en la Procesión, siempre ha sido discutido.



También donó dicha Señora, en el año 1.700, el vestuario utilizado el día del Corpus y en el octavario de la Iglesia de Santa María, realizados en terciopelo carmesí bordado de pasamanería.



En 1.695 los gastos hechos para la procesión y fiestas del Corpus, importaron 8.706 reales y 22 maravedís, la madera para los andamios del Altar de Adornos importó 529 reales.



Si nos remontamos  al siglo XVII, a los alrededores de la Iglesia de Santa María la Mayor a la salida de misa de diez, en el preludio de la procesión del Corpus, podríamos ver personas nerviosas  preparándose para el desfile. Se entremezclarían los soldados con los clérigos, los caballeros con el pueblo llano, los danzantes con los hombres de moho,... todos vestidos con sus mejores galas. Las calles alfombradas con ramas de tomillo y los balcones adornados con los paños más vistosos de la casa. Todo preparado para celebrar el día más importante del año para los  bejaranos y  las personas de la comarca.



El Gremio de Panaderos se apresuraría para iniciar el desfile, portando roscas y cosas de masa; detrás se situaría el de Olleros, con piezas y figuras de barro y les seguirían el de (¿Horneras?) los Molineros con un coro de niños que llevan las insignias de San Pedro, San Pablo y Santiago.



Tres niños en caballos adornados (¿construidos en cartón?) se colocarían a continuación, los gastos ocasionados van a cuenta del corregidor, de los fieles y del tesorero de la Tierra.



Les seguiría una danza, de la que el alguacil mayor se encargaría del coste. La música procedería de las cajas y clarines, que subvencionaría el Ayuntamiento y de un órgano de ruedas y de una torre con muchas campanitas.



Saldrían los ocho Gigantes, las Tarascas, en lo que contribuiría el gremio de los Pañeros, y  los chavales, que con ganas de divertirse, correrían junto a ellos.



Aparecería el guión de plata, portado por un miembro del cabildo eclesiástico y detrás todos los pendones, las mangas y cruces de los Lugares y de las de las iglesias de esta Villa, a continuación la del convento de San Francisco...



¡Silencio... ! La Procesión se inicia.