Desde aquí queremos hacer merecido homenaje al magnífico fotógrafo (aunque bastante desconocido) Bienvenido Castro.
Este grandioso artista que tantas veces inmortalizo nuestra ciudad y que nos ha dejado una impresionante colección de fotos, algunas todavía de mano en mano sin adjudicarle autor como es el caso de una tarjeta postal que publicamos y cuyo título era Béjar: tipos de Candelario.
En la primera imagen vemos a un joven Bienvenido.
La segunda es de su estudio, ubicado en Béjar, en el edificio de la Puerta de El Sol , frente al Palacio de la Moda y junto a la Botica de La Bola.
La tercera imagen es del coche de linea Tetúan-Ceuta y Don Bienvenido está subido en la aleta del vehículo. Está fotografía está tomada en 1909 durante la Guerra de África, en la que nuestro paisano era corresponsal de guerra para ABC. En la cuarta fotografía observamos a su padre Gonzalo.
Don Bienvenido Castro realiza los estudios primarios en el Colegio Salesiano de Béjar. Por necesidades económicas tiene que empezar a trabajar a la edad de doce años en un tienda/bazar cuyo dueño es amigo de la familia y que comenta a su madre “Luisa, si tu hijo no saca la cabeza del mostrador” y el joven Bienvenido le contesta “Don Pedro, me hacen una banqueta en el suelo y así ya alcanzo”.
Don Bienvenido en la primera década del siglo XX se marcha a Madrid para trabajar en unos almacenes de tejidos próximos a la Puerta del Sol.
En Tetuán se queda un hermano a cargo del negocio fotográfico y junto con el otro, crean en Madrid una compañía de cine y cupletistas. Con la película y las señoritas recorren los pueblos de España. Después de un tiempo regresan a Madrid, disuelven la compañía y don Bienvenido vende la película a una distribuidora.
En Béjar realiza reportajes fotográficos como la llegada de Alfonso XII de regreso de Las Hurdes o de la visita de la Infanta Isabel, trabajos que envía a la prensa nacional.
Junto con un amigo carpintero inicia, por el año 1930, un negocio de maderas y explotaciones forestales y se establecen en Puerto de Béjar. Vende maderas finas para carpinterías y ebanisterías de Madrid y para Sevilla envases de castaño para una empresa exportadora de aceitunas.
Junto con un amigo maderero de Candelario crea una empresa que consigue la explotación de los álamos de las orillas del río Tormes en Salamanca. Al iniciar la guerra civil, parte de los cien hombres que empleados se tienen que incorporar al ejército y sus camiones son requisados. También sufre consecuencias del conflicto en otra explotación maderera en San Martín de Valdeiglesias. Una vez terminada la guerra prosiguen con el negocio, consiguiendo grandes beneficios económicos que le permiten adquirir un edificio de viviendas, con sus tiendas, en Madrid, en las proximidades de la Plaza de Olavide.
En 1940, junto a su hermano, los dos socios establecen una bombonería, denominada Castro, en la calle Alcalá, 20; donde se encuentra el actual Teatro Alcázar.
Don Bienvenido, en 1948, se separa de su socio y empieza a vivir de las rentas producidas por varias empresas importantes, entre las que se encuentran la de la fabricación de muebles de lujo, otra que construye material móvil para los ferrocarriles y alguna otra textil en Béjar.
Pero es el espíritu de trabajo de don Bienvenido quien no le deja vivir de una forma relajada, pues sigue al mando de una empresa textil que había formado, junto con un socio, dos años antes en Hervás, de la que al poco tiempo llega a ser el único propietario. Junto con su hijo don Alberto logra importantes adjudicaciones de tejidos y mantas para el ejército de Tierra, exportando a la Fuerza de Regulares en el Protectorado Español y algunas ciudades importantes del Marruecos Francés.
El Ministerio de Comercio les limita las licencias de exportación y tienen que dar salida a miles de mantas ya fabricadas al mercado nacional, a precios tan bajos que les producen grandes pérdidas económicas. En 1953 tienen que cerrar la fábrica.
Junto a su hijo don Alberto, don Bienvenido continúa con los negocios madereros en cuatro grandes explotaciones de castaños y adquiriendo, junto con un socio, un gran aserradero.
Gracias a los herederos de Don Bienvenido por la documentación facilitada esta pequeña reseña de la vida de este fotógrafo la ha realizado Jam-Béjar basándose en el artículo realizado por el hijo de Don Bienvenido, D. Alberto de Castro para la revista
mentarios:
ResponderEliminarCarmenBéjar dijo...
Tendré que mirar a ver si alguna de las que tengo en casa fuera suya.
Un saludo
8 de marzo de 2010 19:04
Anónimo dijo...
Que cantidad de personajes importantes habia en aquella época. Corresponsal de guerra de ABC. Parece mentira que una poblacion tan lejana de Madrid, hubiese personajes tan importantes.
Por cierto debió ser un gran fotografo. Podían ustedes poner mas fotos de este señor. gracias por el blog me parecealucinante, que se conserven todas estas cosas-
18 de abril de 2010 22:09