¡Qué pena que desconozcamos las identidades de estos bejaranos engullidos por el olvido! ¿Nadie les reconoce? Declararemos entonces que son personas huérfanas y sin nombre.Saludos
El primero era un señor que vendía botijos. Tenía su vivienda-almacén en la Ronda de Navarra y creo que se llamaba Marcelino.
¡Muchas gracias!
¡Qué pena que desconozcamos las identidades de estos bejaranos engullidos por el olvido! ¿Nadie les reconoce? Declararemos entonces que son personas huérfanas y sin nombre.
ResponderEliminarSaludos
El primero era un señor que vendía botijos.
ResponderEliminarTenía su vivienda-almacén en la Ronda de Navarra y creo que se llamaba Marcelino.
¡Muchas gracias!
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