Pocas son las ciudades que poseen
un patrimonio tan cuantioso como Béjar en lo concerniente a la tarjeta postal —objeto
efímero, creado para usar y tirar— que en los últimos años han
encontrado el hueco que les corresponde en las instituciones públicas y
privadas a través de archivos, bibliotecas, museos y otros centros culturales.
Este libro pretende introducir al
lector en un paseo visual que recorre más de 300 imágenes impresas en tarjetas
postales ilustradas de Béjar, correspondientes al primer tercio del siglo
pasado, que más allá del puro gozo estético que pueda producir en el lector es
útil para poner de relieve que esta modalidad epistolar se vuelve hoy un
instrumento de gran alcance para el escrutinio iconográfico bejarano, ya que
permite catalogar edificios, monumentos, negocios y oficios dentro del paisaje y
el paisanaje de la ciudad, sin dejar escapar los extramuros de la propia imagen
―esto es, el
conocimiento de los fotógrafos locales y foráneos, editores e impresores―.
Desde su aparición a mediados del
siglo XIX, la tarjeta postal se configuró como un medio de comunicación y
difusión que, a más de los propios mensajes del emisor, añadía el valor de las
imágenes de culturas, paisajes, ciudades, monumentos, escenas o todo aquello
que se pudiera contemplar en cualquiera de ellas.
A lo largo de los capítulos de
este libro el lector encontrará una visita guiada y comentada al imaginario
visual bejarano de hace un siglo, que además del interés intrínseco de lo
representado en las imágenes le aporta un ameno estudio y valoración de la
fotografía y la sociedad, desde el punto de vista gráfico e histórico.
Sirve el libro también como guía
de referencia para el coleccionista cartófilo que quiera identificar, cotejar y
clasificar unos materiales hasta ahora dispersos, que le serán de ayuda en la investigación
sociológica, ya que le otorga un acercamiento a los entornos sociales bejaranos,
en ocasiones con un mensaje no solo visual, sino también manuscrito, claro,
conciso y, probablemente, melancólico.
La tarjeta postal impresa, como
las que esta colección presenta, ha sido durante siglo y medio el antecedente
impreso y ahora ya crepuscular de la que con mínimas alteraciones continúa
llegando a nuestros buzones, ahora electrónicos, mucho más efímera y menos
personal.
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