Lino Sánchez nace en Béjar en 1920 y fallece en 1996. Pintor, gran amigo de sus amigos, amplia cultura y gran conservador. De obra muy prolífera. Comentaba de su obra: "Mi pintura es realista, siempre procuro que sea ágil, que esté rodeada de un ambiente adecuado, comprensible; la pintura no es un crucigrama, tiene que colgarse. Ha de expresarse por sí misma." Muchos nos sentimos orgullosos de tener alguna de sus obras. Gracias Lino.
Encantado estamos desde este blog de continuar recordando bejaranos. estamos a su entera disposición si quiere esceibire alguna reseña sobre su padre o facilitarnos alguna fotografía Saludos
Lino y Ana María. ¡Qué recuerdos en sus clases de dibujo! Solo puedo estar agradecido por el duende del dibujo que me mostró. Paseos al campo lápiz afilado en mano, clase en la camilla dibujando a carboncillo, de la tele, o el azucarero, o una pajarita de papel, o una bola de algodón. Y al terminar, despedida en la tasca bejarana de los maravillosos ochenta. Gracias y feliz recuerdo de todos los momentos y de la llamada anual de Ana María para felicitar el año.
Lino Sánchez nace en Béjar en 1920 y fallece en 1996.
ResponderEliminarPintor, gran amigo de sus amigos, amplia cultura y gran conservador. De obra muy prolífera.
Comentaba de su obra: "Mi pintura es realista, siempre procuro que sea ágil, que esté rodeada de un ambiente adecuado, comprensible; la pintura no es un crucigrama, tiene que colgarse. Ha de expresarse por sí misma."
Muchos nos sentimos orgullosos de tener alguna de sus obras. Gracias Lino.
me conmueve, leer cosa de mi padre, soy su hija menor, y aunque no estamos ahí, nos satisface saber que su recuerdo y su memoria siguen presentes
ResponderEliminarEncantado estamos desde este blog de continuar recordando bejaranos. estamos a su entera disposición si quiere esceibire alguna reseña sobre su padre o facilitarnos alguna fotografía
ResponderEliminarSaludos
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ResponderEliminarLino y Ana María. ¡Qué recuerdos en sus clases de dibujo! Solo puedo estar agradecido por el duende del dibujo que me mostró. Paseos al campo lápiz afilado en mano, clase en la camilla dibujando a carboncillo, de la tele, o el azucarero, o una pajarita de papel, o una bola de algodón. Y al terminar, despedida en la tasca bejarana de los maravillosos ochenta. Gracias y feliz recuerdo de todos los momentos y de la llamada anual de Ana María para felicitar el año.
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