RETABLO DE LA IGLESIA DE SAN GIL
Tras la creación del hospital en la iglesia de San Gil, el traslado de éste al convento de San Francisco y la creación de un museo en su secularizada iglesia, centrémonos en el retablo que se realizó para ella:
El retablo está formado por once tablas de nogal recubiertas con un lienzo y pintadas al óleo, dispuestas en cinco calles y en horizontal en una predela y dos cuerpos. En las once tablas están realizadas trece pinturas.
Es de estilo gótico, finales del siglo XV. Propiedad del Excmo. Ayuntamiento de Béjar, como muy claramente reza en la leyenda de su base.
En la predela, dos tablas apaisadas con sendas escenas de los últimos años de Jesucristo. En una, la Oración del Huerto y Muerte en el monte Calvario y en la otra, la Quinta Angustia de María y Aparición de Cristo a la Magdalena. Estas tablas son las que tienen los detalles más precisos de todo el retablo, como si hubieran sido pintadas por otro artista. Las dimensiones, de cada una de las pinturas, son de 0,73 por 0,59 metros.
En el primer cuerpo se disponen cuatro tablas con escenas de los primeros años de la vida de Jesús: El Nacimiento, Adoración de los Reyes Magos, Presentación de Jesús en el Templo y Huida a Egipto. Las dimensiones, de cada una de ellas, son de 1,12 por 0,55 metros.
En el segundo cuerpo otras cuatro tablas, de iguales dimensiones que las precedentes, que se refieren a la vida y muerte de San Gil y una del Santo, situada entre las anteriores. En las dos de la izquierda se representa al rey Childeberto de caza frente a la cueva de San Gil y al Santo dando su capa a un enfermo que sanará al ponérsela. En las situadas a la derecha, en una aparece San Gil celebrando misa - a la que asiste el Rey - en el momento que un ángel revela al Santo un pecado oculto de Carlomagno, siendo este último liberado del demonio y en la otra, la muerte de San Gil, rodeado de monjes y un ángel subiendo su alma en forma de niño.
En la única tabla de la calle central, situada entre las descritas anteriormente, se representa a San Gil nimbado, vestido con larga túnica y capa. En la mano derecha un báculo y en la izquierda muestra un libro abierto donde se lee:“Sante Egide natione grequs a preclaris parentibus originem duxit ora pro populo e pro vila ista”. Delante del santo una pequeña cierva y en el fondo un dosel brocado. Sus dimensiones son de 1,50 por 0,63 metros (1).
Desde la secularización de la iglesia de San Gil, el retablo se guardaba en el convento de San Francisco. Está en muy mal estado de conservación y don Ramón Olleros Gregorio, alcalde de Béjar (1957-1962), considera que es necesaria su restauración y se lo encarga a don Francisco Núñez de Celis, profesor de la Escuela Central de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid (2).
En cuanto a los detalles de los trabajos de restauración que se realizaron en algunas de las tablas del retablo en la Escuela de Bellas Artes, podemos destacar que:
Durante el curso 1958-1959, dirigido por el profesor don Francisco Núñez Losada, se restaura la tabla en la que se representa al rey Childeberto de caza, frente a la cueva de San Gil. Se encuentra desajustada, el color desprendiéndose en varias zonas, grietas y agujeros. Se procede al ajuste y encolado de las tablas, sentado del color, estucado, limpieza, retoque y barnizado.
En el mismo curso, se repara la tabla de la Misa de San Gil que está en similares condiciones y se aplican las mismas técnicas empleadas en la anterior, realizando el trabajo doña Pilar Seoane y también se restaura la que tiene las imágenes de la muerte de San Gil, que además de la veladura por suciedad, presenta travesaños sueltos, desprendimiento de pintura en algunas zonas y ocho agujeros. Se realiza el ajuste y encolado de los travesaños, encalado de las juntas de las tablas en la cara posterior, relleno de los agujeros, estucado, limpieza y retoque. Del trabajo se encomienda doña Amalia Escauriaza.
En el curso 1959-1960, bajo la dirección del profesor don Francisco Núñez de Celis, se restaura la tabla de la Presentación de Jesús en el Templo. Se encuentra con los listones de sujeción sueltos y rotos y en varias zonas, la pintura en malas condiciones como consecuencia de una restauración anterior deficiente. Se procede a la fijación de los listones y encolado de la tabla en su cara posterior. Doña Ana Muñoz González se encarga de su restauración.
Una vez restaurado, en octubre de 1960, don Ramón Olleros Gregorio envía un oficio a don Francisco Núñez de Celis, en el que le manifiesta el gran interés que ha puesto en realizar el encargo y le adjunta una fotografía del retablo una vez montado provisionalmente en Béjar (3).
El retablo de San Gil ha inspirado a lo largo del tiempo a insignes escritores e investigadores (4) entre los que destacamos a:
Don Juan Muñoz García, en 1920, publica en Béjar en Madrid un artículo con el título: Los Cuadros del Retablo de San Gil. En él comenta: “Diez cuadros se conservan en el hospital, procedentes del retablo de la iglesia de San Gil... Pocas son, en verdad, nuestras obras de arte, y hora ya de reunirlas, formando con ellas el Museo bejarano, que se ha pedido desde estas mismas columnas, que impediría nuevos deterioros y sería una obra de cultura y progreso”.
Don Emilio Muñoz, en el año 1924, en B. en M., propone la creación de un museo donde conservar los cuadros (5). “Los cuadros procedentes del viejo retablo de San Gil, se trasladarán desde el Hospital (Se refiere al existente en el convento de San Francisco), en donde están, a un lugar en el que, instalados decorosamente y bien cuidados, pudieran admirarse por las gentes doctas y por cuantas, llevadas de tan noble y legítimo deseo, así lo desearan. Pero nos parecería mejor, que esa interesante obra de arte fuese la primera destinada a un museo de Arqueología y de Industria bejaranas. Se nutriría éste y se haría más interesante con los productos, artefactos, etc. de nuestra industria actual y de la pretérita que, por cierto, si la realización de la idea se demora, será más difícil de cada vez procurar. Con las tablas citadas podría llevarse la famosa lápida hebraica que hay en las escuelas del Salvador, la otra romana conocida por “Valentino”, que está en el Consistorio viejo y otros objetos, algún cuadro, etc., que ya posee el Ayuntamiento. Todo esto y lo que pudiera surgir, acreditaría su valor particular reunido y catalogado debidamente”.
Don Antonio García Boiza, hace una descripción del retablo en su obra “Inventario de los Castillos, Murallas, Puentes, Monasterios, Ermitas, Lugares... en la provincia de Salamanca”, publicada en 1937 por la Diputación de Salamanca. Precisa que le integran doce tablas y con calificaciones que textualmente publicará don Manuel Gómez-Moreno en su Catálogo Monumental de España.
Don Juan Muñoz García escribe en su mayor parte, dirige y edita a su costa, la obra “Ofrenda a la Santísima Virgen del Castañar Excelsa Patrona de Béjar y su Comarca” en recuerdo del Quinto Centenario de su Aparición en el monte Castañar, de Béjar. En el segundo volumen, editado en 1963, en uno de sus trabajos: “Los cuadros del Retablo de San Gil” (6), comenta que se conservan en el hospital “las bellísimas pinturas de arte castellano, que aludiendo a su procedencia, se denominan Los Cuadros del Hospital, y son, pese a sus deterioros, las once valiosas tablas”.
De su autoría, don Juan considera que aunque merecen ser de Pedro Berruguete, pueden ser de su colaborador, el gran pintor castellano Antonio del Rincón, pintor de cámara de los Reyes Católicos y que éstos pudieron relacionarse con don Álvaro de Zúñiga, Duque de Béjar, primo de los monarcas, además de tener éste el cargo de Justicia Mayor de Castilla.
Don Manuel Gómez-Moreno en su Catálogo Monumental de España, publicado por el Ministerio de Educación y Ciencia en el año 1967, con datos tomados por el autor en el año 1901. Afirma que el retablo se conserva en la capilla del convento de San Francisco, formado por doce tablas y realizado por algún discípulo de Fernando Gallego.
Don Federico Torralba Soriano en su obra Museo de Béjar (Catálogo) publicado por el Centro de Estudios Salmantinos en 1972, cataloga las trece tablas góticas del retablo de San Gil, trascribe el estudio realizado por don Manuel Gómez-Moreno en su Catálogo Monumental de España y añade: “Cuando Gómez Moreno vio estas tablas había deterioros que han sido reparados en una restauración reciente. De todas formas es seguro que hay ya repintes antiguos. Es evidente la influencia en estas tablas del maestro de Ávila y no deja de haber seguramente repercusión del arte y estilo de Bermejo, incluso en la figura principal. En todo caso me atrevería a ver aquí dos manos, al menos, en la elaboración de las tablas”.
RETABLO MUSEÍSTICO
El retablo de la antigua iglesia de San Gil que estuvo en el convento de San Francisco y en Madrid para su restauración, una vez restaurado, se instala en el Museo Municipal de la Casa de la Cultura, desde donde regresará al ábside de la antigua iglesia de San Gil, actual sala de exposiciones temporales, ¡su lugar de origen!
Retablo en el Museo Municipal de la Casa de la Cultura.
El restaurado retablo de San Gil se instala en el Museo Municipal de Béjar, dependencias de la Casa de la Cultura, que en 1966 se crea en el Palacio Ducal de la Plaza Mayor de Maldonado.
En este museo también se expone una lápida hebrea encontrada en Béjar, el legado de Valeriano Salas (7), un retrato de Mateo Hernández (8), una imagen de la Virgen María del siglo XV (actualmente expuesta junto al retablo, en el ábside de la antigua iglesia de San Gil), otras donaciones de pinturas y esculturas y algunos fondos propiedad del municipio.
En 1967, la Dirección General de Bellas Artes entrega cinco esculturas de Mateo Hernández en depósito a cambio de la lápida hebrea (9), que pasan a formar parte del Museo Municipal: Camello dormido, tallada en 1917; Fernande en granito verde, en 1920; Retrato de la pintora portuguesa Sara Alfonso (10), en 1924; Bañista, en 1925 y Autorretrato, en 1941.
Retablo en el ábside de la antigua iglesia de San Gil.
Durante la construcción del Museo Municipal Mateo Hernández, de 1976 al 1979, se restaura también el ábside.
Se reconstruye la cubierta, la cornisa y el arco de entrada. Se repone el solado con placas de granito. Se desmonta, de su fachada sur, la hornacina con la Virgen de la Leche, los escudos de armas y la cruz, que se colocarán en la fachada principal del que será el museo “Mateo Hernández”. También se instala una adecuada iluminación ambiental y la posibilidad de una especial que se adapte a las exposiciones que allí se celebren.
Su inauguración es en el año 1980.
Después de casi un siglo, el retablo retorna del Museo Municipal de la Casa de la Cultura al ábside de la antigua iglesia de San Gil (11).
Desde su ubicación actual, siglos de historia nos hablan de nuestro San Gil, de nuestro peregrinar y de nuestro patrimonio cultural que brilla con luz propia, sin la necesidad de ser iluminado por los declinantes rayos de un sol estival...
... Y cuando visite con mi hermano una exposición temporal en el ábside de la antigua iglesia de San Gil, el retablo de nuestro San Gil seguirá brillando.
(1) - Las dimensiones de las pinturas están tomadas de don Antonio García Boiza y de don Manuel Gómez Moreno. El ancho real de la pintura de San Gil es superior a la que estos escritores consider
(2) - Documentado en la colección personal de temas bejaranos.
(3) - El periódico ABC, en huecograbado, informa de la restauración de las tablas del retablo de San Gil.
(4) - Consideran que el número de tablas que constituyen el retablo de la iglesia de San Gil son diez, once, doce o trece.
(5) - Don Máximo Hernández y don Antonio Martín Lázaro, en un artículo titulado “El museo de Arqueología e Industria bejaranas”, publicado en B. en M., se adhieren a la idea de don Emilio Muñoz.
(6)- Seguramente, el escrito de don Juan Muñoz García se tenía que haber incluido en el primer tomo de la “Ofrenda a la Santísima Virgen del Castañar...” que se edita en el año 1954, pues en 1963 ya estaba restaurado el retablo.
(7) - El legado de don Valeriano Salas está formado por una colección de pinturas, manufacturas europeas y obras de arte oriental, donada al Excmo. Ayuntamiento de Béjar por la Ilma. Sra. doña María Antonia Tellechea Otalmendi, viuda del bejarano don Valeriano Salas, cumpliendo los deseos de este. Doña María amplió la donación prevista.
(8) - Realizado por el pintor francés André Dunoyer de Segonzac.
(9) - Esta lauda con inscripción hebrea encontrada en Béjar, se expone y es expuesta, junto a otras seis, a las inclemencias del tiempo, en el Museo Sefardí, sala II, ubicado en la sinagoga del Tránsito de la ciudad de Toledo.
(10) - No se halla en Béjar como era de esperar, sino en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, planta segunda, sala número 13, dedicada al arte español de los años 20 y 30. Es la única obra de Mateo Hernández expuesta en el Museo.
(11) - En esta instalación del retablo, se utiliza el espacio libre de la calle central de la predela y del primer piso, que probablemente se destinó para ubicar el tabernáculo, para exponer una imagen de madera de la Virgen María, del siglo XV. En ella todavía se aprecian restos de materiales que se utilizaron en su ejecución y pintura original.
BÉJAR EN MADRID. Publicado en el Especial de Navidad de 2005. Nuestro San Gil. Sante Egide ora pro populo e pro vila ista. JAM-BÉJAR.
Cuando pase por delante de San Gil o entre en el Museo de Mateo Hernández sabré un poco más de la historia del santo y de la antigua iglesia. Gracias.
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